En la actualidad, una de cada tres mujeres desarrollará vaginosis bacteriana en algún momento de sus vidas. Sin embargo, la mayoría no sabe que esto puede causar estragos en su fertilidad y aumentar su riesgo de sufrir VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué es la vaginosis bacteriana?
La vaginosis bacteriana es una alteración masiva de la flora vaginal en la que se observa un importante aumento de bacterias. Entre ellas, las más destacadas son la Gardnerella vaginalis y la Atopobium vaginae. Estas bacterias provocan la ausencia o el reemplazo de los lactobacilos, que son los microorganismos beneficiosos que de forma mayoritaria constituyen la flora vaginal.
¿Cuáles son las causas de la vaginosis bacteriana?
Aunque no sabemos exactamente qué causa el desequilibrio bacteriano que conduce a esta infección, sabemos que cambiar de pareja sexual muy a menudo, las duchas vaginales y fumar aumenta el riesgo de sufrirla.
¿Cuáles son los síntomas de la vaginosis bacteriana?
La razón por la que muchas mujeres no saben que tienen vaginosis bacteriana es porque cerca del 85% no muestran síntomas. Aún así, en caso de que aparezcan, los más comunes son el olor de la secreción vaginal, como a pescado, y un flujo maloliente y grisáceo. Este olor es más fuerte tras haber mantenido relaciones sexuales o durante el periodo.
Algunas mujeres también experimentan demasiada humedad en la vagina, ardor al orinar y picor en todo el exterior.
¿La vaginosis bacteriana es una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS)?
Técnicamente no, dice la Dra. Mitchell, directora del Programa de Trastornos Vulovovaginosos en el Hospital General de Massachusetts en Boston. "No se transmite sexualmente, pero es más fácil que se produzca cuando se es sexualmente activo", asegura.
¿Las fluctuaciones hormonales afectan al riesgo de sufrir vaginosis bacteriana?
Sí, dice el Dr. Rabin, codirectora de la división de atención ambulatoria en los Programas de Salud de la Mujer en Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York. "Cuando los niveles de la hormona sexual femenina descienden, los lactobacilos, es decir, las bacterias buenas, también lo hacen."
Por esta razón, las mujeres corren un mayor riesgo de desarrollar vaginosis bacteriana durante el embarazo, la menopausia y la perimenopausia.
¿Cómo tratar la vaginosis bacteriana?
Esta infección se trata normalmente con antibióticos por vía oral o con cremas vaginales.
¿Cómo saber si sufres vaginosis bacteriana?
Las pruebas más comunes que se realizan para diagnosticar vaginosis bacteriana son la medición del pH de la vagina, pruebas de ADN o exámenes del flujo vaginal.
¿Es bueno automedicarse en estos casos?
Aunque sea una infección causada por bacterias, la automedicación solo la empeorará. Lo único que conseguirás con eso es enmascarar los síntomas y hacer más complicado el diagnóstico de la enfermedad.
La automedicación nunca es una buena opción.
¿Qué sucede si no se trata la vaginosis bacteriana?
Esta infección duplica el riesgo de sufrir VIH, el virus que causa el SIDA. La vaginosis bacteriana provoca inflamación en la zona, lo que facilita la entrada del VIH en los tejidos. Además, también puede afectar a la fertilidad, ya que puede causar enfermedad inflamatoria pélvica y hacer más difícil e incluso imposible tener hijos. Por otro lado, si estás embarazada, incrementa tu riesgo de sufrir un aborto espontáneo o un parto prematuro.
¿Qué papel pueden tener los probióticos en el tratamiento o la prevención de la vaginosis bacteriana?
Los probióticos pueden desempeñar un papel muy importante en la prevención y el tratamiento de la vaginosis bacteriana. Esto es especialmente importante si estás tomando antibióticos, ya que pueden afectar al equilibrio bacteriano y te hacen más propensa a sufrir esta infección.
Si quieres saber cómo cuidar tu vagina y evitar infecciones, te recomendamos leer estos 7 consejos para garantizar la salud de tu vagina.
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