Tu peor pesadilla se ha hecho realidad, por mucho que dejes de comer, no vas a dejar de engordar ya que ahora, según un estudio publicado en California, oler la comida también engorda.
Oler la comida ya no te servirá como dieta
Más allá de la evidencia de pasar por delante de una panadería y sentirte instantáneamente atraído por el olor a pan recién hecho, hasta ahora una minoría conseguía resistirse a comerse el pan y se contentaba con disfrutar de su olor, pero según el estudio publicado en "Cell Metabolism", si te paras a oler, engordas.
El estudio realizado por expertos, demuestra no solo existe relación entre el olfato y el apetito, algo más que probado, si no también la conexión entre éste y el metabolismo. ¿Cómo digiere nuestro cuerpo la comida al olerla?
La prueba del ratón y la "Dieta Burguer King"
Los expertos analizaron la ganancia de peso de 3 grupos de roedores. Uno de ellos con un olfato superdesarrollado, otros con el olfato normal y el tercero, sin olfato. Les sometieron a una dieta altamente calórica, o como ellos la bautizaron, la Dieta Burguer King.
Los 3 grupos fueron alimentados con la misma cantidad de comida pero los resultados fueron sorprendentes. El grupo con el olfato superdesarrollado fue, de lejos, el que más engordó y aquellos ratones del grupo sin olfato, que ya sufrían de sobrepeso, incluso adelgazaron.
Oler la comida, en especial aquella que nos parece apetitosa, activa nuestro metabolismo y lo pone en modo conserva. La acumulación de grasas se activa y por primera vez, se ha demostrado que oler la comida te hace engordar.