Apenas una hora y media antes de la medianoche de la víspera de Año Nuevo, un hombre de Michigan, identificado como Bob, estaba en casa viendo la televisión y esperando la cuenta atrás para dar comienzo al 2017.
Aprovechó un anuncio televisivo para salir fuera de la casa y recoger unos troncos para la chimenea, pero tuvo la mala suerte de que cuando volviendo a casa, se resbaló y se rompió el cuello. Incapaz de moverse debido al dolor, tumbado sobre la gélida nieve y con su vecino más cercano a unos 500 metros de distancia, pensó que estaba perdido.
Pero entonces, ocurrió un milagro. Su perro, un Golden Retriever de 5 años de edad, Kelsey, al escuchar sus gritos de socorro, se apresuró a su ayuda. Lo que pasó después fue un acto de amistad y valentía tan intenso que es casi difícil de creer.
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Cuando este hombre de Michigan llamado Bob se resbaló en la nieve y se rompió el cuello fuera de su casa en la víspera de Año Nuevo, pensó que toda la esperanza se había perdido. Su vecino más cercano vivía a 500 metros de distancia, y no podía moverse. Afortunadamente, su perro Kelsey oyó sus gritos de ayuda. Inmediatamente corrió a su lado y comenzó a ladrar. Durante las siguientes 20 horas, con una temperatura de -4 grados, Kelsey se quedó junto a Bob, ladrando, aullando y manteniéndolo caliente. ¡Y después ocurrió un milagro! Su vecino acudió al rescate gracias a los ladridos del Golden.
Siempre hemos dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, y esta historia es otra prueba más de ello. Veinte horas es mucho tiempo para estar atrapado en el frío y la nieve, incluso cuando te puedes mover. Seguramente que su dueño está muy agradecido y Kelsey habrá recibido muchos juguetes por su buen trabajo.
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