A veces nos preguntamos qué es más importante: la imaginación o el conocimiento. Sin restarle importancia al conocimiento, debemos tener claro que sin imaginación no conseguiremos a penas ninguno de los objetivos que nos marquemos en la vida. Cuántos profesionales con una profunda preparación teórica han fracasado por no haber aprendido a usar su imaginación.
Todos nacemos con nuestra capacidad imaginativa intacta. Así durante la niñez vivimos en un mundo de fantasía desbordante, que constituye una fase normal del desarrollo de nuestra personalidad. Pero a medida que vamos creciendo y maduramos en el terreno del razonamiento, comenzamos a "olvidar" nuestra capacidad imaginativa, para comenzar a vivir en un mundo realista. Este punto de inflexión, que suele suceder entre la adolescencia y juventud, provoca que muchos jóvenes abandonen casi por completo el uso de su imaginación, mientras que algunos hacen un uso constructivo de la misma. En ese punto el papel de los padres es fundamental, ya que pueden orientar la educación de sus hijos hacia una salida creativa de la imaginación, o por el contrario reprimirla hasta que los jóvenes pierdan la costumbre de usarla.
Por tanto se trata de encontrar el equilibrio entre razonamiento e imaginación. en este sentido, de igual modo es improductivo poner en uso un amplio y profundo conocimiento teórico de una determinada disciplina si se carece totalmente de imaginación, como desarrollar una imaginación desbordante pero sin orden ni concierto e incapaz de materializar ningún proyecto.
Todos los seres humanos están provistos de imaginación, ahora bien, ésta puede estar reprimida, distorsionada o inactiva, según hemos visto anteriormente.
Un modo para hacer que tu mente sea más creativa puede conseguirse siguiendo estos consejos:
- Construye en tu mente una imagen de cómo te gustaría ser, vivir, trabajar etc.
- Cuando ya la tengas, relájate y comienza a recrear los detalles, como las vistas, sonidos, olores, sabores, sensaciones etc.
- Una vez conseguido, mentalízate de que todo eso está ocurriendo ahora, sustituye la actitud "voy a tratar de ser" por "yo soy".
- Por último crea emociones positivas, como alegría y orgullo e incluso sonríe mientras escenificas tu imagen.
Repite el proceso al menos dos veces por semana, por ejemplo al levantarte y acostarte...y haz realidad tus sueños.
¿Hasta dónde es capaz de llegar tu imaginación? ¡Averígualo ahora con esta prueba!