Un hombre agarró a su mujer por el cuello y la arrastró por un aparcamiento. Entonces, un completo extraño hizo algo que terminó por salvarla de una larga y abusiva relación.
La mujer le escribió una carta al extraño. En ella le dijo que probablemente no sea consciente de que le salvó la vida y le da las gracias.
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"Tenía demasiado miedo para pedir ayuda. Si llego a pedir ayuda y no funciona, se enfadaría aún más conmigo. Ese fue mi instinto de supervivencia."
El marido la arrastró cogida por el cuello recorriendo el aparcamiento camino del coche. Ella se esforzaba en escapar, con la esperanza de que alguien se diese cuenta y la ayudase.
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Por suerte, el extraño se dio cuenta y, lo más importante, se preocupó por hacer algo al respecto.
El marido es un hombre grande e intimidante. En cambio, el extraño tenia un cuerpo promedio, con un aspecto un tanto tímido. El extraño debió pensar que ayudarla podría ser peligroso y, sin duda, incómodo.
"¡Oye! ¡No se puede hacer eso!," dijo el extraño.
Su voz no solo detuvo al marido, también detuvo a otros clientes que estaban cerca. La esperanza de la mujer de ser salvada comenzó a aumentar.
"Vete a la mierda tío, es mi mujer," le contestó el marido.
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El marido aceleró el paso, solo le quedaban 4.5 metros para llegar al coche. La mujer volvió a perder la esperanza. Pero el extraño volvió a actuar.
"No me importa que sea tu mujer, no se puede hacer eso," volvió a decir.
El marido estaba muy enfadado por culpa del extraño. Incluso pensó en agredirlo. Pero entonces empezó a sentir que estaba siendo el centro de atención de todo el aparcamiento. Muchos clientes estaban mirándolos, incluso algunos miraban desde la ventanilla de su coche.
Esto fue suficiente. El marido la soltó, se subió al coche y se fue. El extraño no fue consciente del gran cambio que iba a provocar en la vida de esta mujer.
"No sabía que había estado atrapada en esta relación tan abusiva durante años. Mi marido se había vuelvo absolutamente loco en los últimos días mostrando una violencia y una ira que nunca había visto."
Lo que ella no sabía es que durante las últimas 32 horas la había mantenido alejada de su teléfono, su ordenador, su coche y de mantener cualquier contacto con alguien. Ella no fue consciente de esto.
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La única razón por la que corría el riesgo de cogerla en público era porque el reembolso de los impuestos estaba a nombre de la mujer y quería que lo cambiase. Ella pensó que la mataría después.
"Minutos después de haber salvado mi vida, tomé prestado el teléfono de otra persona y llamé a la policía y a mi madre. Finalmente, soy libre. Gracias, extraño."
