Los caballos han sido y son unos animales muy importantes en nuestra sociedad desde hace cientos de años. Confiamos en ellos por su fuerza, tanto para transporte como para su ayuda en el campo, e incluso para deportes. Y, a pesar de todo el esfuerzo que les exigimos, su comportamiento hacia nosotros es adorable.
Con este papel tan importante que cumplen en nuestras vidas y su capacidad de trabajo, cabría esperar que se les recompensara con una buena "jubilación".
Pero, desgraciadamente, no es así. Cuando los caballos alcanzan una edad en la que sus condiciones físicas ya no les permite seguir trabajando, en muchas ocasiones son abandonados o incluso los llegan a sacrificar.
Este es la historia de los caballos Arthur y Max, que han sufrido juntos una situación abusiva. Pero por suerte, cuando estaban al borde de la muerte, estos dos amigos fueron salvados por el refugio Ferrell Hollow Farm Senior Horse.
Su desgarradora historia muestra la terrible realidad a la que estos viejos animales tienen que enfrentarse, y la bondad de esta gente que se dedica a darle a estos animales la vida que se merecen en sus últimos años de vida.
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La mayor parte de su vida, Authur ha trabajo incansablemente.
Pero después de 30 años de duro trabajo en una granja en Nueva Inglaterra, de repente empezó a mostrar signos de flaqueza.
Los caballos normalmente son valorados por su juventud y vitalidad, y cuando cumplen una edad, algunos dueños y comerciantes empiezan a prestarles menos atención.
Así que cuando Authur fue demasiado mayor para trabajar, fue subastado y abandonado en varias ocasiones.
Hasta que dio con Max, quien también había sufrido un proceso parecido.
A los dos los utilizaron para montar, a pesar de que no estaban entrenados para ello y por la edad ni si quiera tenían fuerzas. Además apenas les daban de comer. Al final los llevaron a una horrible subasta de caballos al borde de la muerte.
El que parecía que iba a ser un desalentador destino para estos caballos, ser vendidos por su carne, finalmente cambió.
Cindy Daigre, fundadora de Ferrell Hollow Farm Senior Horse Sactuary (refugio para caballos mayores Ferrell Hollow) apareció para salvarlos.
Daigre había visto vídeos de los caballos siendo maltratados en internet, y consiguió llevarlos hasta el refugio en Tennessee.
Cuando Arthur llegó al refugio estaba tan exhausto que era incapaz de levantarse y no tenía ganas de comer ni de explorar la zona.
Pero después de unos días, empezó a animarse, a adaptarse al nuevo entorno y, lo más importante de todo, a alimentarse.
Max, no tuvo una recuperación tan rápida. Tuvo problemas de salud cuando llegó, sufría un problema de espalda y tenía cicatrices cubriendo gran parte de su cuerpo de los abusos que había sufrido.
Debido a esto, tenía desequilibrios psicológicos, lo que hacía que el animal fuera inquieto y antisocial.
Pero después de dos años recuperándose de su trauma, los dos caballos se encuentran mucho más sanos y felices.
Les encanta pasar tiempo juntos y están muy entusiasmados con el adorable personal del refugio.
Sus trenzas no sólo le hacen estar bonito y mimado, sino que también le ayuda a que su espalda esté más fresquita cuando hace calor.
Los dos caballos han sufrido mucho juntos, pero por suerte, al final se han salvado y son felices y están en muy buenas manos.
Aunque sus primeros dueños los maltrataran y abusaran de estos preciosos caballos, el personal del refugio les ha proporcionado el respeto y el cariño que se merecen.
Los animales, ya sean jóvenes o mayores, nos sirvan para trabajar o hayan perdido sus cualidades, deben ser cuidados y respetados, ¡porque se lo merecen!
¡No olvides compartir esta bonita historia con todos tus amigos!
Fuente: Ferrell Hollow Farm Senior Horse Sanctuary | Little Things