Lo que te vamos a contar a continuación es una historia dura y cruel, así que si eres aprensivo y un verdadero amante de los animales puede que te cueste continuar leyendo...
Todo empezó cuando Cola, un cachorro de 8 meses, estaba haciendo lo que más le gusta a los cachorros, jugar con un zapato que se encontró en el jardín del vecino. Su dueño se disculpó y pagó por los daños, pero el vecino quería más venganza, así que una noche cogió una espada y le cortó las patas delanteras al perro, abandonándolo en el suelo... ¿Cómo pudo ocurrir algo así?
Cola perdió mucha sangre mientras luchaba por su vida. Cuando la organización de rescate de animales 'Fundación Soi Dog' llegó al lugar de los hechos, era demasiado tarde para salvar sus patas.
Sin embargo el perro se recuperó y aprendió a moverse utilizando sus patas traseras, como un canguro. Esta organización no solo se encargó de cuidar al perro sino que se aseguró de que el culpable se enfrentara a la justicia y fuera condenado a un mes de cárcel.
El propietario original de Cola no podía soportar la idea de verla así por lo que dos miembros de esta organización se llevaron el perro a su propia casa.
La historia mejoró más aún cuando Cola consiguió unas prótesis para sus patas y aprendió a vivir con ellas. Poco a poco, su vida cambió por completo después de este hecho.
Ahora Cola vive de forma definitiva con John y Gill, disfrutando de la vida sin dolor y con libertad con una familia que lo quiere y le trata bien. Es increíble que después de tanto dolor y trauma haya conseguido encontrar a su familia perfecta.
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fuente Hefty Imagen de portada vía Fundación Facebook / Soi Dog