Un cliente muy grosero entró a una estación de servicio y comenzó a gritar uno de los dependientes sin razón aparente. Nunca se imaginó las consecuencias que tendría su comportamiento.
Durante mi nacimiento hubo algunas complicaciones que obligaron a los médicos a intervenir de manera poco habitual para poder mantenernos a salvo tanto a mí como a mi madre. Durante el parto me destrozaron los músculos del cuello y dañaron muchos de los nervios de esa zona. Desde pequeño fui a sesiones de fisioterapia para remediar el problema que aquello me originó y afortunadamente, 20 años después, casi no noto ninguna molestia y puedo llevar una vida normal. La lesión del cuello solo me da problemas cuando tengo que levantar objetos pesados durante demasiado tiempo ya que mi espalda no responde bien y me termina causando un dolor insoportable. Todos mis compañeros del trabajo saben esto y también sabe que a pesar de mi problema trabajo tan duro como ellos.
Un cliente de unos 40 años entró un día en la gasolinera y se aproximó a mí mientras yo intentaba arreglar la máquina de café. Cuando llegó, dejó una bombona vacía a mi lado. Cabe destacar que vivo en un pueblo muy pequeño donde todos nos conocemos y nunca antes tuve que lidiar con semejante maleducado.
Cliente: "Necesito que me traigas una de estas llena."
Yo: "Claro, deme un minuto para que ordene un poco todo este lío."
Cliente: "¿Crees que tengo tiempo para eso? ¿Sabes quién soy? Tengo muchas cosas que hacer para perder el tiempo aquí. ¡Venga, date prisa!"
Yo: "Muy bien, ahora voy."
Moví a un lado las herramientas esperando que nadie cogiese ninguna y me dirigí hasta el lugar donde tenemos almacenadas las bombonas. Abrí el armario, tomé una de las bombonas y volví a la tienda. Justo cuando entraba por la puerta me empezaron a dar calambres por la espalda, aún así me las apañé para llegar hasta el cliente y dejarle la bombona al lado.
Cliente: "¡Vaya inútiles sois los adolescentes de hoy en día! ¡Todo lo que hacéis es estar con el teléfono y con los ordenadores! ¡Mírate, no puedes ni llevar una bombona a cuestas! Menudo inútil estás hecho... Date prisa y cóbrala, tengo una entrevista muy importante con el jefe de... (menciona el nombre de una empresa).
Los demás clientes, al igual que yo, no comprendían el comportamiento de aquel señor y solo se dedicaban a contemplar el espectáculo sin dar crédito a lo que ocurría. Sin embargo, cuando aquel hombre mencionó el nombre de la empresa todos comenzaron a reírse.
Yo: "He trabajado en esta gasolinera durante tres años y nunca he tratado con un cliente tan grosero y pretencioso como usted. Cálmese para que podamos terminar pronto. Estás molestando al resto de clientes."
Cliente: "¡¿Te parece que me importan una mierda los demás?!"
Yo: "Se acabó."
Cogí el teléfono y comencé a marcar un número mientras miraba a mi jefe que me hacía un gesto de aprobación.
Yo: (Hablando por teléfono) "Oye papá, hay un hombre de unos 40 años que conduce un Honda verde, dijo que iba a verte para que le hicieses una entrevista hoy. Ha sido un completo imbécil. Si lo contratas te vas a arrepentir toda tu vida.
La cara del cliente comenzó a palidecer. El resto de clientes que ahora se reían a carcajadas de él. Completamente avergonzado salió corriendo por la puerta dejando atrás las dos bombonas en el suelo.
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