¿A quién le gusta hacer la colada? ¿A nadie? Lo cierto es que no se trata de ninguna sorpresa que hacer la colada resulte una de nuestras peores pesadillas de la vida cotidiana.
Imagina que tu lavadora de repente dejase de funcionar y la ropa comenzase a salir oliendo peor a como entró, ¿Qué harías? Seguramente comprar una nueva lavadora.
Si tienes una lavadora de carga frontal, tal y como verás en las imágenes, intenta este truco antes de tirar tu vieja lavadora.
En primer lugar, comprueba todos los recovecos del interior de la lavadora, especialmente la parte de las gomas que sellan la puerta por donde introduces la colada.
Puede que te sorprendas al descubrir que el moho ha conseguido crecer en una máquina diseñada precisamente para lavar. El ambiente cálido, húmedo y cerrado es un magnífico lugar para que crezcan estos organismos no tan limpios.
En lugar de llamar a un técnico, limpia la zona con un poco de vinagre y lejía. Asegúrate de no usarlos a la vez porque pueden ser tóxicos si los mezclas.
Primero mezcla la lejía con un poco de agua caliente a partes iguales. Empapa un trapo en la solución y limpia cualquier área a la que tengas acceso, prestando especial atención a las juntas de las gomas que se mencionó anteriormente. Después de realizar una limpieza superficial con la lejía, deja la el trapo empapado sobre las juntas durante unos 30 minutos para que la lejía trabaje más tiempo.
A continuación, retira el dispensador de jabón de la parte superior de la máquina. Si es posible, limpia la zona que está normalmente oculta detrás de ese compartimento. Vuelve a colocar el dispensador y toma el vinagre.
Vierte 400 mililitros de vinagre en el dispensador y enciende la máquina en su ciclo más caliente. Después de eso, la lavadora debería de estar completamente limpia. Si notas que la ropa huele un poco a vinagre, vuelve a activar la lavadora sin ninguna carga para que se aclare su interior y desaparezca el rastro de vinagre.