La hemorragia nasal o epistaxis es un término que hace referencia al sangrado de las fosas nasales.
Por lo general, la sangre sale por un solo orificio nasal, pero en ocasiones puede llenar la fosa nasal afectada y entrar en la nasofaringe, la sección nasal donde ambas fosas nasales se unen.
Causas y epidemiología
Según Healthline, hay múltiples causas que pueden producir epistaxis. Estas incluyen golpes, roturas, heridas nasales, rinitis alérgica, presión arterial alta, resfriados, desviación del tabique nasal y la trombocitopenia (disminución en la cantidad de plaquetas).
La hemorragia nasal es algo muy normal y muchas personas han sangrado por la nariz alguna vez en su vida. En cuanto a la edad, es más común entre niños de dos a diez años y adultos de entre 50 y 80 años.
No hay distinción de género, por lo tanto es algo que afecta por igual tanto a mujeres como a hombres. En el caso de los niños, es más frecuente entre los que sufren migrañas que entre los que no tienen esta enfermedad.
Signos y síntomas
Como es evidente, el sangrado nasal es el síntoma principal de la epistaxis. Según afirma WebMD, en casos más graves, cuando se llena la nasofaringe de sangre, esta puede descender a la garganta o hacia el estómago, lo que provoca que la persona escupa o vomite sangre.
El mareo, la confusión y los desmayos también son síntomas de la hemorragia nasal, así como el sangrado en las encías con el cepillado de dientes, los hematomas que aparecen con facilidad y el sangrado en la orina o las heces.
Remedios caseros
Controlar la hemorragia nasal no suele ser muy complicado y lo puedes hacer sin necesidad de acudir al hospital, aún así, en casos más graves, lo mejor es que vayas a urgencias y te atienda un médico para cortar el sangrado de inmediato.
La presión es uno de los métodos más efectivos para detener la hemorragia, solo tendrías que presionar la parte frontal de la nariz. Los descongestionasteis como la neosinefrina y la oximetazolina también son tratamientos muy comunes, así como la vaselina o los ungüentos que se aplican en la nariz como hidratante diario para reducir las probabilidades de sangrado nasal.
Tal y como afirma Medicine Net, otra manera de cortar la hemorragia es inclinar el tronco del cuerpo y la cabeza hacia delante, ya que si te inclinas hacia atrás, la sangre recorrerá la garganta y los senos paranasales y puede causarte náuseas y vómitos. Si notas sangre en la garganta o en la boca, escúpela para evitar tragártela y así prevenir los vómitos y la diarrea.
Los aerosoles nasales salinos también son muy efectivos, puedes aplicártelo de dos a tres veces al día en cada fosa nasal para evitar las hemorragias. Para hacer tu propio aerosol salino solo tendrás que mezclar una cucharada de sal en un litro de agua y hervirlo durante 20 minutos. Cuando se enfríe, ya podrás almacenarlo en un frasco y aplicarte unas gotas siempre que lo necesites.
Las hemorragias nasales no suelen ser muy graves, pero deben tratarse para evitar complicaciones. Además, si te ocurren muy a menudo, debes acudir a un médico para asegurarte de que no es síntoma de otro problema más grave.
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