Cualquiera podría pensar que ser ser pillado por una cortadora de césped no tiene que ser nada agradable, mucho menos cuando el herido es una pequeña rana, pero la historia de hoy no sólo te enseñará una valiosa lección de compasión sino también que todo puede pasar.
Para empezar debes saber que las ranas verdes se encuentran en peligro de extinción y han pasado de ser un animal muy común en Australia a convertirse en raras de ver. Por ello, cuando esta mujer estaba cortando el césped y vio la pequeña rana herida sabía que tenía que hacer todo lo posible por salvarla.
Min Tims llamó a su sobrina pidiendo ayuda, ya que la organización que se encarga de ese tipo de animales no está para nada cerca de su residencia en Queensland. Por ello consiguieron a través de una cadena de contactos, un transportín para la rana y poder llevarla en un avión.
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Pergolotti/Frog Safe, Inc.
El hospital, llamado Frog Safe, recibió a la pequeña rana que se encontraba en un estado de salud deplorable. Los cortes que había sufrido en su piel habían provocado que parte de la misma estuviera en estado necrótico; no había duda de que la rana estaba sufriendo mucho dolor.
Pergolotti/Frog Safe, Inc.
Por ello, lo primero que hizo el personal del hospital fue aliviar su dolor con varios medicamentos y trataron las infecciones. Después de un par de días, pudieron observar un comportamiento raro y al examinar la rana se dieron cuenta de que tenía parásitos además de sus heridas. Los parásitos fueron eliminados de su cuerpo y poco a poco la rana se fue recuperando.
M. Wall/Frog Safe, Inc.
Actualmente, la herida se ha curado por completo y la nueva piel ha crecido de manera correcta. Mucha gente se ha preguntado por qué esta mujer se gastó tanto dinero en salvar a una simple rana. Min Tims dio una respuesta muy sencilla: 'Compasión y empatía, este planeta depende de nosotros para sobrevivir y si la gente no ayuda a quien lo necesita, incluidos los animales más indefensos, nadie sobrevivirá'.
No es la primera vez que vemos este tipo de gestos ya que una mujer se gastó más de 500 euros en salvar a un pequeño y común pez. Nos alegra ver que hay gente dispuesta a cambiar el mundo.
