Emily Street, de 35 años, ha acabado explicando cómo tuvo un orgasmo de tres semanas después de dar a luz a cada uno de sus cuatro hijos. Esta madre experimentó la sensación de euforia después de usar hypnobirthing, una técnica de hipnoterapia para aprender a controlar el dolor con técnicas de respiración.
Esta madre, que vive en Hale, Cheshire, con su marido Paul, tuvo su primer parto sin dolor cuando dio a luz al mayor de sus hijos, Oscar, que tiene ahora nueve años. Emily cuenta: "Estaba realmente aterrorizada con todas las cosas que había visto como matrona, y por supuesto las que se me había quedado grabadas no eran precisamente agradables."
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"Recuerdo estar embarazada de Oscar, sentarme en el sofá hecha un manojo de nervios y acabar rompiendo a llorar diciendo: ¿Cómo voy a hacer esto?"
Entonces Emily empezó a investigar la "hipnoterapia natal" y se inscribió en un curso que incluía hypnobirthing, donde te enseñaban a controlar el dolor con técnicas de respiración.
Dice: "Por aquel entonces el hypnobirthing no era popular. Casi nadie había oído habla de él."
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Aunque tanto Paul, como su familia y amigos la apoyaban, estaba segura de que en realidad pensaban que no iba a funcionar, por lo que decidí mantenerlo un poco en secreto y no contárselo a mucha gente.
Pero ella se sentía cada vez más relajada y emocionada por lo que venía, y menos aterrorizada. "El objetivo del hypnobirthing es la distracción con el fin de mantener la calmar y permitir que conserves la energía", cuenta.
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Cuando le empezó la primera contracción estaba en casa y eran las 11 de la noche, pero en lugar de ponerse nerviosa se fue al salón y se puso una película de Jennifer Aniston para relajarse. Se despertó a las 7 de la mañana, Paul le preparó el desayuno y decidieron ir al hospital.
"Una vez que llegamos a la sala de partos acuáticos, empecé a sentir todos los efectos del hypnobirthing en mi cuerpo", dice Emily.
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En vez de respirar profundamente, realizaba respiraciones largas y lentas, con la sala en penumbra y escuchando música. Cuenta que sentía que todo era nuevo e intenso, pero que en ningún momento le resultó terrible o inmanejable. Su hijo nació cerca de las 8 de la mañana y fue un parto fabuloso, no experimentó ninguna sensación de dolor.
"Me sorprendió lo bien que funcionó", dice Emily.
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Además dice que la euforia que sintió tras los partos era muy cercana a la sensación del orgasmo, pero en vez de ser corta y muy intensa, fue algo más leve y se prolongó durante tres o cuatro semanas.
Emily ha tenido tres hijos más después de Oscar, Ernie de siete años, Roo de cinco y Pip de tres y asegura: "La gente cree que la hipnosis aplicada al parto es algo hippie, pero es real, es una vuelta a los principios básicos. He disfrutado cada minuto que estuve de parto. No quiero más hijos, pero me encantaría volver a experimentar esa sensación. Lo practiqué con todos mis hijos y animo a todas las mujeres a que lo prueben."
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Ahora trabaja como consultora en una clínica de fertilidad en Reino Unido y utiliza su experiencia para ayudar a otras madres a prepararse para el parto. "La diferencia entre un parto bueno y uno malo puede cambiar la relación entre una madre y un hijo", comenta.