Nos acostumbramos a vivir en un mundo donde "cuanto más grande, mejor".
Pero es increíble ver cómo muchas cosas se han vuelto más pequeñas en los últimos años. Los superordenadores, por ejemplo, han evolucionado a partir de máquinas bestiales que ocupaban habitaciones enteras a dispositivos que todo el mundo puede llevar en sus bolsillos. Incluso las porciones de comida son más pequeñas en los restaurantes con la introducción de cosas como los deslizadores (y todas esas "chorraditas" de lujo).
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