Aquí tenemos una impactante fotografía que recoge a la perfección ese tipo de situación en la que en algún momento envidiamos los logros de alguna persona...
El problema está en que normalmente sólo vemos un lado de la realidad, la punta del iceberg. Vemos el trabajo ya finalizado y en todo su esplendor, pero no somos capaces de imaginarnos en ese momento todo lo que hay detrás, todo ese enorme esfuerzo que la persona ha puesto para poder salir con éxito en aquello que se propone.
Esa es la esencia de lo que quería capturar el Fotógrafo Henry Leutwyler. "Este es el secreto, para integrarse completamente, hay que hacerse invisible".
El fotógrafo Henry Leutwyler consiguió un acceso sin límites al New York City Ballet durante más de 30 días, y fue cuando consiguió capturar estas maravillosas fotografías, realmente inquietantes, de todos esos bailarines en el escenario trabajando con todas sus ganas para obtener el mejor resultado.
Y es en se momento, cuando te paras a observar, y miras en profundidad todo lo que conlleva conseguirlo, cuando la envidia desaparece.
Recuerda que todos debemos agradecer lo que tenemos y no hay que envidiar a los demás, compártelo con tus amigos y difunde el mensaje!