Uno de los casos de desaparición más relevantes del mundo es el de Madeleine, pero no es el único con el que nos topamos si investigamos un poco. Hay muchas otras desapariciones relevantes que, a día de hoy, siguen sin resolver. Sin embargo, pocas igualan la extraña historia de dos amigas holandesas que se fueron a pasar unos meses a Panamá de vacaciones.
Todo comenzó el 1 de abril de 2014. Dos chicas de Panamá, Kris Kremers y Lisanne Froon, salieron a pasear el perro de la familia sin saber que sería la última vez que su familia de acogida las vería.
Ambas eran estudiantes holandesas y se habían pasado seis meses planeando su escapada al continente americano. Querían hacer rutas por la naturaleza, voluntariados en aldeas locales con niños, dar clases de arte, aprender español... pero su viaje no fue tan maravilloso como creían.
Una de ellas escribió el día antes de la desaparición que tenían intención de conocer los alrededores del bosque y que habían quedado con dos chicos para desayunar. No fue hasta esa noche cuando la familia se acogida se dio cuenta de que algo ocurría: el perro había regresado, pero las chicas no.
A la mañana siguiente, acudieron a las autoridades para averiguar dónde estaban. Se llevó a cabo una búsqueda aérea por toda la zona, pero no se encontró nada relevante.
Unos días después, las chicas seguían desaparecidas por lo que las familias de ambas volaron hasta Panamá junto a un grupo de detectives con el fin de averiguar la verdad. Cuando todos estaban a punto de rendirse, una mujer encontró una mochila en el río con dos sujetadores, unas gafas de sol, dinero, los teléfonos de las chicas y el pasaporte de Froon.
La policía investigó los móviles y sus cámaras. Descubrieron que durante los cuatro días después de la desaparición las chicas intentaron contactar con la policía unas 77 veces. Usando la geolocalización de los móviles consiguieron averiguar la zona por la que había estado durante esos días.
Debido a que estaban en la naturaleza, no tenían la cobertura suficiente para que sus llamaras tuvieran éxito. En las cámaras descubrieron fotografías de las pertenencias de las chicas tiradas por el suelo, Kremer con sangre en la cabeza, bolsas de plástico...
Se rastreó toda la zona y consiguieron encontrar la ropa de Kremer en la orilla del río. Dos meses más tarde, la policía halló un hueso pélvico y un pie dentro de una bota. Poco después los huesos de ambas fueron descubiertos.
Los restos de Froon parecían haberse descompuesto naturalmente, pero los de Kremer parecían haber pasado por lejía. La policía ha interrogado a más de medio pueblo y a sus visitantes, pero nunca se ha resuelto el caso.
Uno de los muchos casos que quedan sin resolver en el mundo. Esperamos que con el tiempo, se averigüe qué ocurrió. ¡Comparte la historia de estas chicas con todos tus amigos! Fuente all-that-is-interesting