Un niño pequeño de tan solo 10 años en China tuvo que someterse a un lavado de estómago después de una detestable situación en la que los matones de la escuela le obligaran a tragarse la mina de un lápiz.
De acuerdo con The Daily Mail, Liu Xinze, el protagonista de esta historia, tuvo que ser trasladado al hospital de urgencia después de que sus padres le vieran vomitar una extraña sustancia negra en su casa de Daqing, provincia de Heilongjiang, al norte de China.
"Había un montón de partículas negras en su vómito. Lo cierto es que al principio me preguntaba si se habría comido demasiadas galletas Oreo," comentaba la hermana del niño.
"Al final vimos que era grafito lo que había en su vómito. Fue bastante fuerte cuando nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo realmente".
El viernes pasado, Liu tuvo que someterse a una operación de tres horas para que el grafito fuera eliminado completamente de su cuerpo, informó Huanqiu.
Cuando le preguntaron por primera vez por qué se había tragado el grafito, Liu les dijo a sus padres que estaba "hambriento".
Sin embargo, después de un poco de presión, el niño aterrado, finalmente confesó que había sido obligado a comerse el lápiz por dos chicas en la escuela.
De acuerdo con The Daily Mail, Liu es un chico con baja autoestima y no quería decirle a sus padres que estaba siendo acosado en la escuela.
Afortunadamente, ya que el grafito no contiene plomo, Liu no sufrió envenenamiento por este elemento. Sin embargo, los padres del pobre chico han denunciado el incidente a la policía, con el fin de que esos gamberros reciban un castigo por sus obras. ¡Deberíamos acabar con estas situaciones de una vez!
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