Cuando vamos a poner la mesa, casi todo el mundo tiene una taza o un vaso preferido del que le gusta beber. Algunas personas son más minimalistas y prefieren recipientes de colores claros, otras por el contrario prefieren vasos decorados con coloridos estampados o el paisaje de alguna ciudad que visitaron.
Pues bien, quizás a partir de ahora elijas otro tipo de taza basándote en algo más que en tus gustos estéticos. Al parecer, se sospecha desde hace miles de años que existe una extraña relación entre la salud y los recipientes de cobre.
Ya en el tiempo de los egipcios, las personas llevaban abalorios de cobre en contacto directo con la piel y almacenaban agua en jarras del mismo material citando los numerosos beneficios que suponía para el cuerpo.
En la actualidad, la ciencia apoya esas suposiciones ya que algunos estudios han demostrado que el cobre es capaz de eliminar algunos elementos que son nocivos para nosotros.
Para disfrutar de los beneficios del cobre simplemente tendrás que hacerte con una taza o vaso de cobre y beber de ella no más de cuatro veces a la semana.
¿Cómo afecta el cobre en nuestro cuerpo?
Además de ser utilizado para crear joyas o herramientas, el cobre ha sido muy codiciado en la antigüedad por sus propiedades medicinales.
Tanto los antiguos egipcios como el pueblo védico utilizaron recipientes de cobre para almacenar grandes cantidades de agua. Se observó que este tipo de recipientes mantenían el agua fresca por más tiempo por lo que era más segura para beber.
Hoy en día esta hipótesis está respaldada por la ciencia y, aunque el cobre es un material pesado que no debe ser ingerido en grandes cantidades, en pequeñas porciones es beneficioso para nuestro organismo en general.
Beneficios Estimula el cerebro
La clave para estimular y acelerar la reacción de nuestro cerebro en uno de esos días en que nos encontramos aletargados podría estar en introducir un poco de cobre en el cuerpo.
Se conoce que el cobre es un micronutriente que estimula la producción y restauración de las vainas de mielina, un elemento fundamental del sistema nervioso en nuestro cerebro.
Alivia las articulaciones
Desde hace muchísimos años, se ha defendido que llevar algo de cobre en contacto con la piel era un tratamiento eficaz para combatir el dolor en las articulaciones, especialmente si el cobre se oxidaba y se volvía de color verde, haciendo que la piel que está en contacto adquiriese también ese color tan característico.
Este tratamiento en particular puede que se acerque más a un remedio real que a una creencia popular. Antiguamente se pensaba que el cobre ayudaba a crecer el cartílago de las articulaciones haciendo que disminuyese el dolor asociado a la artritis u otras afecciones articulares.
Aunque la comunidad científica no lo tiene muy claro al respecto, son muchas las personas que juran sentir una mejora en sus articulaciones hinchadas y doloridas simplemente llevando alguna pieza de este metal cerca.
Ayuda al sistema digestivo
Consumir pequeñas cantidades de cobre ayuda a que el cuerpo digiera la comida de forma más eficiente ya que estimula la contracción de los músculos digestivos que utilizamos para transportar los residuos a través de los intestinos.
Por otra parte, también mata algunos microorganismos peligrosos capaces de causar malestar estomacal.
Regula la glándula tiroides
El cobre contiene muchos de los nutrientes que el cuerpo necesita para realizar sus funciones diarias.
En concreto, trastornos de la glándula tiroides como el hipertiroidismo se suelen asociar a una deficiencia de cobre en el organismo.
La enfermedad se asocia a cambios importantes de peso, fluctuaciones hormonales y cambios en el estado de ánimo, por lo que consumir la cantidad necesaria de cobre puede ayudar a equilibrar las funciones del cuerpo y restaurar el orden.
Ayuda al sistema cardiovascular breakingmuscle
Aunque aumentar la ingesta de cobre no soluciona todos los problemas cardiovasculares se ha demostrado que ayuda a nuestro corazón y a nuestro sistema vascular.
El cobre funciona como un suplemento que ayuda a reducir la placa arterial ayudando así a prevenir los bloqueos en las arterias.
Fortalece el cabello
El cobre es un componente importante que interviene en la producción de melanina, una parte fundamental de nuestro cabello. Ingerir este componente puede ayudar a que el cabello crezca después de haber recibido tratamientos de quimioterapia ya que amplía los folículos del pelo y reduce el tiempo necesario para que el pelo crezca.
Restaura la piel
La misma producción de melanina que es tan beneficiosa para el cabello también lo es para la piel. Los péptidos de cobre ayudan en la producción de células de la piel especialmente útiles para la curación de la piel dañada o seca. También promueve la producción de colágeno, lo que mejora la elasticidad de la piel y su salud.
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