No hay muchos casos de patos que resulten ser maltratados, pero los trabajadores de rescate del Woodstock Farm Animal Sanctuary encontraron este pequeño grupo en la casa de un explotador de animales, encerrados en sus jaulas desde que fueron incubados. Lamentablemente, estos patos nunca habían visto el agua antes.
Después de que se les tratara por desnutrición y se les realizara una revisión de su estado de salud, era hora de integrarlos con el grupo residente habitual y enseñarles a hacer lo que deben hacer los patos, que es nadar. Al principio, estaban un poco asustados de ese gran estanque pero una vez que sus instintos comenzaron a aflorar, no hubo quién los parase. Ver su reacción me hizo sentirme feliz.
Estos patitos por fin tendrán la vida que todo animal merece, vivir felices en un hábitat acorde a su especie. Comparte con todos nosotros lo que opinas de esta maravillosa historia abajo en los comentarios. ¡No olvides compartirlo con todo el mundo!