Todos los días nos llegan historias reales, de animales, de humor... pero lo que siempre nos llama la atención de cada una de ellas es el hecho de que nos enseñen algo, que tengan un trasfondo real.
Por ello, la historia que hemos descubierto hoy nos parece tan divertida. Sigue leyendo para descubrir cómo una simple conversación entre unos médicos puede ser divertida y real al mismo tiempo.
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Giphy ABC Network
Cinco cirujanos se encontraban comiendo después de una larga jornada cuando decidieron hablar sobre qué tipo de pacientes son los que más les gustaba operar. Uno de ellos respondió rápidamente sin pensarlo mucho en tono de broma 'mis pacientes favoritos son los contables porque cuando los abres para operarlos está todo numerado'.
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Hizo reír a sus compañeros antes de que un segundo cirujano continuara con la divertida broma de esta forma 'son geniales pero deberías probar operar a un electricista. Todo en su interior está diferenciado por colores'.
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Una vez sus compañeros rieron al unísono antes de que el tercer cirujano se atreviera a continuar bromeando 'os equivocáis, yo creo que los mejores pacientes son los bibliotecarios porque todo en su interior está ordenado alfabéticamente'.
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Mientras los otros cirujanos aún reían, el cuarto de ellos añadió 'Chicos deberíais saber que los trabajadores de la construcción son los mejores. Son los mejores entendiendo que hay trabajos que duran más de lo que deberían y que no todas las piezas encajan al final'.
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Sólo faltaba un cirujano por responder a la pregunta pero esperó a que sus compañeros pararan de reírse antes de continuar con su broma 'Siento deciros que todos estáis equivocados. Chicos, los mejores pacientes para mí son los políticos. ¿Por qué? Porque no tienen corazón, no tienen agallas, no tienen nada en su interior y lo cierto es que si cambias su cabeza por su culo nadie se dará cuenta'.
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Todos empezaron a reír escandalosamente llamando a la atención de otros compañeros en la cafetería. Tras todo lo que ha ocurrido durante el último año quizás el cirujano no se equivoque tanto después de todo.
