Los quistes epidermoides o quistes de grasa son algo realmente común en muchas personas. También son llamados quistes sebáceos pero no es del todo correcto. Los quistes sebáceos reales son poco frecuentes y se originan a partir de las glándulas sebáceas que lubrican la piel y el cabello.
Por lo general si no causan dolor, los quistes epidermoides no suelen requerir tratamiento. Sin embargo, a veces las infecciones o su aspecto llevan a que la gente se los quite. Aunque hay numerosas clínicas médicas especializadas en su eliminación, muchas personas optan por un enfoque más natural para su curación.
Hoy te traemos alguno de estos tratamientos naturales:
1- Vinagre de sidra de manzana
Fotografía por: Veganbaking.net
Se utiliza para proteger la piel de bacterias y luchar contra las infecciones. Basta con aplicar el vinagre sobre la zona infectada y cubrir con un vendaje para que actúe. El proceso debe realizarse una vez al día durante una semana hasta que se forme una capa dura de piel que deberás remover para que el quiste drene.
2- Dientes de león
Mezcla una cucharada de diente de león con viola para eliminar la infección del quiste. Simplemente pon la mezcla a hervir durante 45 minutos. Cuela la mezcla y bebe al menos 4 veces al día durante 10 días máximo.
3- Sal Epsom
Fotografía por: irrezolut
Te ayudará con el dolor y la inflamación. Llena la bañera de agua y sal en grandes cantidades y permanece en remojo durante un rato.
4- Aloe Vera
Aplica la savia de esta planta directamente sobre el quiste o bebe jugo de Aloe Vera.
5- Leche
Moja una bolsa de té en leche y colócala sobre el quiste. Deja actuar durante toda la noche. Si lo realizas de forma repetida, su tamaño se reducirá y se curará rápidamente.
6- Miel
Crea una pasta con miel, agropiro y plátano. Pon la pasta directamente sobre la zona afectada y déjala que haga efecto durante la noche. La aplicación regular ayudará a su eliminación.
7- Aceite de ricino
Fotografía por: amseaman
Calienta el aceite de ricino y aplícalo directamente sobre el quiste. Cubre con una bolsa de agua caliente o un paño. Durante la noche el quiste se hará más pequeño.
