Imagina salir a correr y de pronto experimentar urticaria por todo tu cuerpo. Pues esto es exactamente lo que le sucede a aproximadamente el 2% de la población. Lo creas o no, hay personas que literalmente tienen alergia al ejercicio, una condición conocida como "anafilaxia inducida por el ejercicio" o AIE.
Ocurre con mayor frecuencia después de realizar una actividad física intensa como correr, jugar al tenis, bailar o montar en bicicleta. Aunque ejercicios más suaves como caminar también pueden causar una reacción.
El AIE es bastante similar a otras alergias que difieren en severidad según la persona. Puede no ser lo suficientemente grave como para hacer que no puedas correr, aunque en algunos casos raros, puede ser incluso mortal.
Durante una reacción alérgica, el sistema inmune produce anticuerpos, proteínas en la sangre que combaten las bacterias y los cuerpos extraños. Cuando alguien con AIE se ejercita, también se producen anticuerpos para luchar contra algo, a pesar de que no sean necesarios.
El problema reside en que los anticuerpos liberan diferentes químicos del sistema inmune como la histamina, causando síntomas de alergia tales como secreción nasal e inflamación de la piel.
Entre los síntomas de AIE se incluyen urticaria, enrojecimiento, sibilancias y, a veces, problemas de digestión. Si se continúa haciendo ejercicio cuando ocurre, la reacción puede ser más severa y provocar el cierre de la garganta o la bajada de la presión arterial, lo que puede provocar insuficiencia circulatoria.
Lo cierto es que resulta una condición bastante problemática ya que los médicos no siempre saben qué la causa. En muchos casos, las personas experimentan un subconjunto de AIE llamado "anafilaxia inducida por el ejercicio dependiente de alimentos". Esto ocurre cuando una alergia hacia un alimento solo se activa si se hace ejercicio después de ingerirlo.
Por lo general, es posible que, aunque no se experimente ningún síntoma de alergia cuando se ingiere una comida, combinar su ingesta con ejercicio físico sí que activa el sistema inmunológico.
Según Medscape, los alimentos más comunes vinculados a este problema son el trigo, los mariscos, los tomates, los cacahuetes y el maíz. Pero también se ha informado de otros alimentos que también pueden tener cierto impacto como la carne, la fruta, las semillas, la leche, la soja, la lechuga, los guisantes, los frijoles y el arroz.
Sin embargo, también hay una forma no específica de anafilaxia inducida por el ejercicio dependiente de alimentos, en la que comer cualquier alimento antes del ejercicio puede desencadenar una reacción.
Desafortunadamente, la única forma de prevenir el AIE es ejercitarse a una intensidad menor o bien cambiar el ejercicio que se practica. La natación, por ejemplo, parece no estar asociada al AIE.
Si sospechas que algún alimento está induciendo una reacción alérgica, la recomendación médica es dejar de comer ese alimento entre 6 y 8 horas antes de hacer ejercicio. Un clima muy caluroso o frío también puede empeorar la reacción, así que evita hacer ejercicio durante esos momentos.