Aunque su parecido físico lo relacione más con lobos u otro tipo de mamífero, en realidad el mapache es un pariente cercano de los osos. Esta simpática criatura, que tiene fama de ser muy pícara, es inteligente y astuta, y aunque habita en regiones de Norteamérica, también se lo puede encontrar en zonas sureñas, como Argentina.
A continuación te mostraremos algunos datos curiosos que quizás no sepas sobre estos pequeños bandidos enmascarados: 1- Deben su nombre a sus curiosas "manos"
Los mapaches tienen una de las "manos" más habilidosas de la naturaleza, tal y como hemos podido comprobar en más de un vídeo de internet.
Los nativos americanos fueron los primeros en notar sus inusuales patas. La palabra inglesa mapache proviene de la palabra powhatan aroughcun, que significa "animal que se rasca con las manos". Los aztecas hicieron algo parecido al nombrar al mapache. Lo llamaron mapachitli o "uno que toma todo en sus manos".
2- Vienen en muchas variedades
Hay seis especies de mapaches nativas de América del Norte y del Sur. El más reconocible es el Procyon lotor o el mapache común que vive en los Estados Unidos. Otras variedades del animal se pueden encontrar más al sur, a menudo habitando islas tropicales.
3- Sus antifaces no son una casualidad
Debido a las manchas negras que rodean sus ojos, los mapaches han sido considerados los ladrones por excelencia del mundo animal desde hace siglos. Sin embargo, además de para hacer que parezcan unos adorables forajidos, sus antifaces también les ayudan a ver con claridad.
El pelaje negro funciona igual que las pinturas negras que los atletas llevan bajo los ojos. El color oscuro absorbe la luz reduciendo los reflejos que rebotarían en los ojos y reduciría su visión. Por la noche, cuando los mapaches son más activos, percibir menos luz periférica les facilita observar el contraste entre los objetos, lo cual es esencial para ver en la oscuridad.
4- Uno vivió en la Casa Blanca
Este fue el inusual caso de Rebecca, el mapache que vivió con Calvin Coolidge durante parte de su presidencia. En ese momento, la carne de mapache era bastante habitual en las mesas de los estadounidenses. Pero una vez que conoció a la criatura, Coolidge decidió que estaba más interesada en adoptarla que en tenerla como cena.
Rebecca pronto se convirtió en parte de la familia. Tener un animal salvaje en la Casa Blanca puede sonar absurdo actualmente, pero teniendo en cuenta que entre las mascotas de Coolidge también se incluían un lince, un ganso, un burro, dos cachorros de león, un antílope y un canguro, Rebecca encajaba perfectamente.
5- Se pueden encontrar en todo el mundo gracia a los humanos
Los primeros mapaches fueron exportados a Europa en la década de 1920 para su cría en granjas de pieles. Debido a que algunos se escaparon y que muchos granjeros aburridos que solo querían reavivar la vida silvestre local liberaron otros cuantos, se fundaron artificialmente nuevas poblaciones en la naturaleza. A día de hoy, los mapaches europeos se consideran una especie invasora.
Estos animales incluso llegaron hasta Japón. Su viaje tuvo lugar durante la década de 1970, cuando surgió la fiebre por la estrella del anime Rascal the Raccoon. Los niños pedían a sus padres tener un mapache, y ante tal avalancha, Japón importó aproximadamente 1.500 de ellos al mes.
Naturalmente, muchas de estas mascotas terminaron en la naturaleza cuando crecieron demasiado para que las familias pudieran cuidarlas adecuadamente. Desde entonces, Japón prohibió la importación y posesión de mapaches, pero los descendientes de ese boom inicial se han extendido a 42 de las 47 prefecturas del país.
6- Sus poblaciones se han disparado
Los mapaches se encuentran entre las pocas especies que se han beneficiado del crecimiento de los humanos. Las poblaciones en América del Norte se han disparado en las últimas décadas a pesar de la destrucción de gran parte de su hábitat natural.
Los mapaches tienen la capacidad suficiente de adaptación como para prosperar en entornos rurales, urbanos y suburbanos. En los bosques, los mapaches comen aves, insectos, frutas, nueces y semillas, mientras que en las áreas residenciales buscan en la basura o roban comida para mascotas.
7- Casi tenemos mapaches como animales de laboratorio en lugar de ratas
A principios del siglo XX, los mapaches parecían que iban a convertirse en el modelo de referencia para experimentar con animales. Eran uno de los animales más curiosos e inteligentes disponibles, por lo que eran una opción obvia para los estudios de psicología comparada.
Aunque los mapaches fueron objeto de varios experimentos de psicología en el cambio de siglo, no se quedaron en los laboratorios por mucho tiempo. A diferencia de las ratas, eran difíciles de criar y mantener en grandes cantidades. También tenían la molesta manía de masticar sus jaulas, robar a los investigadores y esconderse en los respiraderos.
8- "Ven" con sus manos
Mientras que la mayoría de los animales usan la vista, el sonido o el olor para cazar, los mapaches confían en su sentido del tacto para encontrar los objetos. Sus patas delanteras son increíblemente diestras y contienen aproximadamente cuatro veces más receptores sensoriales que sus patas traseras (casi la misma proporción que tienen los humanos).
Esto les permite diferenciar entre objetos sin verlos, lo cual es crucial cuando se alimentan de noche. Los mapaches pueden aumentar su sentido del tacto a través de un comportamiento llamado "dousing".
En la naturaleza, los mapaches a menudo se sumergen en las aguas cercanas a la línea de costa para buscar comida. Allí toman el alimento con sus patas delanteras para examinarlo y frotarlo, en ocasiones, para eliminar partes no deseadas. Esto da la apariencia de que el mapache lava la comida, pero lo que realmente están haciendo es mojar sus patas para estimular las terminaciones nerviosas. Al igual que la luz para los ojos de un humano, el agua en las manos de un mapache le proporciona más información sensorial.
9- Resuelven cualquier problema
Dale un rompecabezas a un mapache y, siempre que haya comida de por medio, encontrarán una forma de resolverlo.
A principios de 1900, el etólogo H.B. Davis dio a 12 mapaches una serie de obstáculos que debían superar. Para acceder a unas golosinas guardadas en unas cajas, los mapaches tenían que manipular ganchos, pernos, botones, pestillos y palancas. Al final del experimento, estos increíbles animales pudieron pasar 11 de los 13 mecanismos de seguridad instalados en las cajas.
¡Comparte estas divertidas curiosidades de los mapaches con todos tus amigos! Fuente: Mentalfloss