Según la Organización Mundial de la Salud, más de 47 millones de personas de todo el mundo sufren demencia. Y es que, a pesar de ser un problema tan extendido, la mayoría de las personas utilizan los términos de demencia y enfermedad de Alzheimer de forma indistinta a pesar de que existen diferencias importantes entre ellos.
A continuación te enseñamos cuáles son las diferencias más importante entre la demencia y el Alzheimer: 1- Demencia vs Alzheimer
Lo primero que debes saber es cómo diferenciar la demencia de la enfermedad de Alzheimer. La demencia es un término genérico utilizado para referirse a síntomas como el deterioro de la memoria y el pensamiento que interfieren con la vida diaria. El Alzheimer en cambio, es un tipo específico de demencia.
Otros tipos de demencia incluyen la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Lewy, la demencia frontotemporal, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington.
El Alzheimer es la forma más común de demencia: entre el 60 y el 70 por ciento de las veces que una persona sufre demencia padece Alzheimer.
2- Las causas de la demencia y el Alzheimer son muy diferentes
Una enfermedad médica, un problema metabólico (como un problema nutricional o tiroideo), una enfermedad vascular (como un derrame cerebral) o, en raras ocasiones, enfermedades infecciosas, pueden afectar a las células del cerebro y causar demencia. Incluso los hábitos de estilo de vida pueden aumentar el riesgo de sufrir demencia.
Por otro lado, el Alzheimer tiene sus propios orígenes. Es una enfermedad cerebral marcada por depósitos de placas y proteínas beta-amiloides que dañan las células de las regiones del cerebro que controlan funciones como el pensamiento, la memoria y el razonamiento.
3- Factores que pueden estar en juego
También existe lo que se llama demencia mixta, lo que significa que hay varias afecciones que se combinan para causar demencia.
En el 30 por ciento de las veces, los pacientes con Alzheimer también tienen una enfermedad vascular que empeora los síntomas cognitivos.
4- Los síntomas pueden ser difíciles de diferenciar
Perder las llaves (de nuevo) y olvidar dónde aparcamos el coche son problemas muy comunes de memoria, entonces, ¿cómo podemos saber cuándo un olvido sin importancia se convierte en un síntoma de demencia o Alzheimer?
Según la Alzheimer's Association, para que una persona sea diagnosticada con demencia, dos de las siguientes habilidades deben verse significativamente afectadas: memoria, comunicación y lenguaje, capacidad de concentración y atención, razonamiento y juicio, y percepción visual.
Respecto a la enfermedad de Alzheimer, la asociación señala que la pérdida de memoria relacionada con esta enfermedad puede afectar a recuerdos importantes que cualquier persona debería ser capaz de recordar.
Las investigaciones también indican que tener dificultades a la hora de usar un mapa puede ser uno de los primeros signos del Alzheimer.
5- Es posible prevenir el Alzheimer
Una dieta saludable, ejercicio, actividades sociales y mentalmente estimulantes, así como un sueño correcto pueden reducir significativamente el riesgo de sufrir Alzheimer.
De hecho, en un estudio publicado en 2014 en The Lancet Neurology, la reducción de ciertos factores de riesgo puede disminuir el riesgo de Alzheimer en un 33 por ciento.
Entre los mejores consejos para prevenir el Alzheimer podemos encontrar: controlar la diabetes y la presión arterial alta, reducir el peso si se es obeso, llevar un estilo de vida activo, tratar correctamente los casos de depresión, evitar el tabaco y ejercitar la mente todos los día.
Un estudio de 2017 agregaba que pasar tiempo con amigos y familiares es otro de los factores que podemos controlar y que previenen la demencia.
6- Las opciones de tratamiento dependen del tipo de demencia
Por desgracia, los problemas de memoria aún no tienen cura. Los medicamentos utilizados en su tratamiento no detienen la progresión de la enfermedad pero pueden ayudar a controlar los síntomas en los pacientes.
Aunque muchos de estos medicamentos solo son efectivos durante unos 6 o 9 meses, muchos pacientes siguen tomándolos a largo plazo porque les ayudan con síntomas como la agitación y la agresión. Y es que, una de las partes negativas de este tipo de medicamentos es que, cuando interrumpes su consumo, los síntomas psicológicos empeoran.
7- No debes estar asustado
Olvidar cómo se usa el termostato de tu hogar, temer abandonar tu vecindario por miedo a no saber llegar de nuevo a tu casa o perder tus pertenencias tan a menudo que temes salir por la puerta puede ser preocupante, especialmente si alguien cercano a ti comparte tu preocupación.
Si tienes algún tipo de temor, consulta a tu médico. Edúcate, infórmate y evalúate. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, antes podrá ser tratada. Y cuanto antes la traten, mejor.
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