Si eres de los que comen a la velocidad de la luz, quizá te replantees tus hábitos alimenticios después de conocer la información que revela un nuevo estudio sobre los problemas de comer demasiado rápido.
Engullir la comida no solo hace que engordes, sino que también puede causar problemas cardíacos, según muestra una investigación preliminar presentada en las sesiones científicas de la American Heart Association de California.
Para el estudio, unos investigadores de Japón analizaron a más de 1.000 personas durante 5 años. Los participantes se sometieron a un examen de salud a comienzos del estudio en 2008 y al final del mismo, en 2013, para contrastar los resultados. Además, también tuvieron que completar unas encuestas en las que se les preguntaba por la dieta, el ejercicio que realizaban y el historial médico.
Los datos revelaron que aquellos participantes que afirmaban comer con prisas tenían más probabilidades de subir de peso y tener niveles más altos de azúcar y colesterol "malo" en la sangre.
Los que comen demasiado rápido también tienen el doble de probabilidades de desarrollar síndrome metabólico (un conjunto de factores de riesgo como la presión arterial alta u obesidad abdominal asociada a enfermedades cardíacas, diabetes y apoplejía) en comparación con las personas que comen a una velocidad normal.
"Eso se debe a que ingerir los alimentos rápidamente puede causar fluctuaciones en el azúcar de la sangre, lo que puede llevar a una resistencia a la insulina", decía el autor principal del estudio, Takayuki Yamaji.
Dicho de otra forma, esto significa que tu cuerpo no puede absorber con tanta facilidad la glucosa de la sangre. Esto hará que cada vez necesites más insulina para permitir que la glucosa entre en tus células.
Con el tiempo, esto puede degenerar en diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, ya que unos niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los nervios y los vasos sanguíneos.
Por otro lado, aquellos que comen despacio tienen menos probabilidades de ser obesos, según diversas investigaciones anteriores.
¿Por qué comer despacio puede ser beneficioso?
"Masticar la comida de manera consciente libera señales de saciedad a tu cerebro", afirma Kathleen Melanson, doctora de la Universidad de Rhode Island, quien también ha estudiado la relación entre la velocidad con la que comemos y el aumento de peso. Una vez que el cerebro se da cuenta de que has comido suficiente, es menos probable que sigas comiendo.
Debido a que no existe una fórmula específica que indique cuánto tiempo debemos pasar sentados en la mesa, los expertos recomiendan centrarse en la textura de la comida. Prueba esto: mastica la comida lo suficiente como para que adquiera una consistencia suave y sin trozos. Espera a que llegue al estómago, respira y entonces toma tu siguiente bocado.