Allá por 2009, la película Up dejó al mundo con la boca abierta. ¿Es posible que una multinacional te obligue a vender tu propia casa? La triste realidad es que no te pueden obligar, pero harán todo lo que esté en sus manos por conseguir ese trocito de tierra con el que tanto pueden especular.
A pesar de la presión de las multinacionales, algunos resisten y persisten en sus pequeñas y modestas viviendas. Están congelados en el tiempo, rodeados del cambio, pero resistiendo con todo lo que pueden.
¿Venderías tu hogar a una multinacional por dinero?
Hoy te traemos 5 historias de los pocos que han conseguido resistir, a duras penas, al capitalismo.
1- La inspiración de UP
La propietaria de esta pequeña casa en Seatle era Edith Mcefield y siempre se negó a vender su hogar. Barry Martin era el jefe de obra del centro comercial que se iba a construir alrededor de la pequeña casa, su trabajo era conseguir que la anciana vendiera.
Para ello Barry intentó hacerse amigo de Edith, pero la amistad se hizo tan real, que dejó de intentarlo.
Barry quería mantener vivo el recuerdo de Edith
Edith perdió a su madre en esa misma casa y la mantenía como recuerdo de ella. No quería deshacerse de ella, según Edith "No necesito el dinero, mi madre murió en esta casa, en este mismo sofá y lo único que necesito son los recuerdos".
La anciana nunca vio la película Up, de la que fue inspiración, porque murió un año antes, dejando su casa a Barry, que en lugar de vendérsela a sus antiguos jefes, la vendió a alguien con la única condición que la mantuviera tal y como está.
Barry quería mantener vivo el recuerdo de Edith
2- Resistencia china
La familia Wu fue la única, de los 241 propietarios de la zona, que se negaron a abandonar su domicilio. Lucharon contra los contratistas y rechazaron todas las ofertas que les hacían, hasta que en 2007 empezaron las obras y dejaron su casa totalmente aislada.
La imagen de su casa entre tanto escombro dio la vuelta al mundo y la convirtió en un símbolo de la resistencia, pero por desgracia, les obligaron a aceptar la indemnización y tuvieron que dejar su hogar.
3- Aeropuerto y Cultivo internacional
Este hombre se negó a vender su campo de cultivo para que construyeran un aeropuerto y ahora cultiva sus hortalizas a escasos 30 metros de la pista de aterrizaje. Sus compañeros no tuvieron tanta suerte y sufrieron el acoso de las autoridades hasta que vendieron todos sus terrenos.
4- Estudio de arquitectura
Esta pequeña casa en mitad de Washington es un símbolo de la resistencia. La casa situada en la calle Massachusetts está valorada en unos 199.000 dólares, pero los constructores le llegaron a ofrecer a sus dueños hasta millones de dólares.
La venta no era una opción para el matrimonio de 69 años que allí vivía. Ahora la vivienda se usa como estudio de arquitectura de Austin Spriggs, el dueño, y su propia hija, Ángela.
5- La última vivienda de la zona comercial
La planta de arriba de esta casa está habitada por varios inquilinos y en la planta baja se encuentra un negocio en funcionamiento. La casa quedó aislada entre la ferocidad del capitalismo que engulle a China.
En el país se conoce a este tipo de casas como las "Casas Clavo", edificios que siguen en pie, clavados en el tiempo, implacables y desafiando a las grúas del progreso.
¿Venderías tu hogar por una buena oferta? ¡Compártelo con tus amigos para que no se dejen amedrentar por las multinacionales! Fuente: venture160 | amusingplanet | washingtonpost | apartmenttherapy Imagen de portada: amusingplanet | washingtonpost