Los hidratos de carbono son considerados por muchos como un enemigo durante la dieta. Creemos que evitándolos conseguiremos tener el cuerpo perfecto.
No obstante, se pueden llegar a convertir en nuestro mejor aliado, solo necesitamos saber cuándo y cómo consumirlos.
¿Son realmente buenos los carbohidratos?
1- Existen dos tipos: los complejos y los simples
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Se diferencian en que los complejos tardan mucho más tiempo en digerirse que los simples. Además, los simples disparan la insulina ya que proceden de las harinas refinadas y los alimentos procesados.
Por otro lado, los complejos proceden de alimentos como harinas y azúcares integrales que hacen que mantengamos los niveles de azúcar estabilizados.
2- Son muy buenos para la salud
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Los complejos son buenos para la salud intestinal y la eliminación de residuos, ayudan al correcto funcionamiento del sistema nervioso central, los músculos y el cerebro.
3- Se deben consumir junto a una actividad física prolongada
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Los carbohidratos producen una alta cantidad de energía para nuestro cuerpo. Si no se consumen todos y no tenemos una vida sana, se transforman en grasa que vamos acumulando en el cuerpo.
4- El consumo de hidratos de carbono no está directamente relacionado con la obesidad
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El estudio CARMEN sobre los hidratos concluye que tanto los hidratos simples como los complejos no influyen directamente en tu físico como sí lo hace tu estilo de vida y metabolismo.
Esto no quiere decir que la repostería sea buena, al contrario, pero depende de nosotros mismos y de nuestra actividad física el poder permitirnos carbohidratos simples de vez en cuando.
5- Se pueden consumir durante el día o la noche
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Es un mito muy extendido que solo debemos probarlos durante el día. Lo que realmente es importante es consumir los hidratos justos para funcionar a lo largo del día, da igual la hora a la que lo hagamos siempre y cuando se acaben consumiendo.
Como ya hemos dicho, un exceso de hidratos equivale a grasa acumulada, pero pasa de igual forma con las proteínas, todo en exceso acaba siendo perjudicial para la salud.
