Cuando volvemos a la rutina después de unas vacaciones que se nos han hecho demasiado cortas, todos los de la oficina dicen sufrir síndrome postvacacional, pero ¿te has parado a pensar qué es y qué efectos tiene? No te puedes imaginar cómo puede cambiar tu cuerpo si sufres este trastorno.
La clave está en volver a la rutina poco a poco
Muchas personas tienen riesgo de sufrir síndrome postvacacional por una única razón: incorporación inmediata y brusca a la rutina. Pasas de la piscina a la oficina en dos días, y tu cuerpo tarda un poco más en asimilarlo.
Las 5 cosas que le podrían ocurrir a nuestro cuerpo al padecer el síndrome de la vuelta vacacional son: quitarte el hambre, causarte fatiga, cansancio, falta de atención y concentración para llevar a cabo ciertas tareas e incluso te pone bastante irascible, triste o no encuentras la motivación por ningún sitio.
Estos efectos suelen durar una semana e incluso pueden producirse dolores musculares. Si las molestias perduran en el tiempo, deberás visitar a un médico para que valore la situación y pueda ayudarte a reducir los síntomas.
Es fundamental que intentes prevenir los efectos del síndrome postvacacional para evitar que los síntomas se manifiesten. Empieza con la rutina habitual un poco antes de volver al trabajo para acostumbrar a tu cuerpo, ¿cómo puedes hacerlo?
Los hábitos de alimentación y ejercicio son clave para volver a incorporarte con el pie derecho a tu vida diaria. Trata de empezar a levantarte antes y marcarte objetivos, para volver a acostumbrarte al sonido del despertador y ¡aprovecha el día!
Retoma tu vida normal una semana antes de empezar otra vez el día a día y márcate algunas metas para motivarte. Retoma el contacto con tus compañeros y ve poniéndote al día de todos los cambios que se hayan producido en tu trabajo.
No te agobies, tómate tu tiempo y trabaja duro para conseguir buenos resultados y no parecer un zombie cuando vuelvas al trabajo. No te conformes con el 50%, ve a por el 100% siempre y mira el lado positivo, ¡te irá genial!