Por fin has conseguido el trabajo de tus sueños, con un sueldo fijo, una mesa entera para ti solo y un jefe al que no odias, pero después de 6 meses en la nueva oficina, notas como los pantalones empiezan a no cerrarte. Has ganado peso y no te has dado cuenta.
¿Por qué he ganado 5 kilos desde que trabajo aquí?
Trabajar fuera de horario
Tu jornada termina todos los días a las 19:00 h, pero hoy, por tercer día consecutivo, sales a las 20:35. Nuestro cuerpo agradece la rutina y no tener tiempo libre implica menos ejercicio y falta de sueño, factores influyentes en tu ganancia de peso.
Come con cabeza
Si has tenido un día estresante tu cuerpo te pide una pizza cuatro estaciones y una montaña de patatas fritas. No es tu cuerpo el que habla, sino tu mente. No dejes que el estrés se apodere de ti y sigue tu dieta.
Comer por la compañía
En la oficina siempre hay alguna excusa para hacer un descanso y tomar algo. El cumpleaños de alguien, galletas caseras, un café o el chico que te gusta se va a tomar un descanso ahora. Los descansos son necesarios, pero no deben implicar un snack, si no, asociarás el cansancio con el hambre.
Fecha de entrega
Los días previos a la fecha de entrega de u trabajo la oficina es un caos. El estrés aumenta el apetito y produce que solo quieras comer platos "placenteros", aquellos que sacian más tu mente que tu estómago. Ten en cuenta que después de una comida copiosa, la siesta ataca y no tienes tiempo para ella.
La luz y la temperatura afectan a tu apetito
Tanto la temperatura como la luz son factores determinantes para que tu estómago ruja. La luz tenue con una baja temperatura nos hace tener más hambre. ¿No te ha pasado que en verano, con el calor, te apetece menos comer? No trabajes hasta tarde con la luz del escritorio o tu apetito tomará el control.