5 Cosas embarazosas que nos da vergüenza admitir que hacemos cuando vivimos solos

5 Cosas embarazosas que nos da vergüenza admitir que hacemos cuando vivimos solos

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Existe una gran diferencia entre estar casado o soltero. Tanto el hombre como la mujer, ganan mucho al encontrar a la persona de su vida. Pero a su misma vez, también pierden otras cosas muy importantes.

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La primera posibilidad, la que parece la más madura, conlleva estabilidad y la posibilidad de formar una familia. Mientras que la segunda de las opciones implica libertad y diversión. Sin embargo, demasiado tiempo a solas hace que no sepamos administrar adecuadamente tanta libertad y vayamos adquiriendo hábitos bastante vergonzosos.

Y si alguna vez te ves obligado a vivir largos periodo de tiempo en soledad, también te encontrarás haciendo cosas verdaderamente extrañas como:

1- Desarrollar reflejos bastante raros

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La libertad que se experimenta al vivir solo nos abre un mundo lleno de posibilidades. Sin nadie a tu alrededor, vives en mundo en el que pareces estar al margen de cualquier responsabilidad o consecuencias. Y aunque eso está bien, con el tiempo se convierte en una influencia que te corrompe y te convierte en una máquina de groserías sin remordimientos.

Quizás una de las actividades más comunes sea la de amplificar o modificar la sonoridad de los pedos y eructos por simple entretenimiento. De pronto, lo que antes era solo una diversión pasajera, ahora se convierte en tu forma de vida. De repente te ves tirándote pedos que tumbarían a cualquiera y eructos tan sonoros que rompen cristales, y todo eso sin tan siquiera inmutarte.

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Cuando lo haces en tu casa a solas, no pasa nada. Pero con el tiempo, se convierten en reflejos tan arraigados que los confundes con actos normales. Al final, terminas tirándote pedos y eructos a diestro y siniestro sin entender por qué el resto de personas lo ve como algo antinatural.

2- Tu horario se va al garete

Sin nadie que te obligue a mantener cierta estructura en la vida, el tiempo, y más concretamente el horario, se vuelven bastante relativos e interpretables. Te levantas cuando puede y te acuestas cuando quieres. Comes cuando tienes hambre (si es que no se te olvida) y te das una ducha si es estrictamente necesario.

Todo esto se debe a que vivir solo requiere un esfuerzo de voluntad enorme para no abusar de la libertad. Suena contradictorio a lo que pensábamos durante nuestra infancia, pero es agradable tener a alguien que te diga que dejes de vaguear y te vayas a la cama. La mayoría de personas no se dan cuenta de cuánto modifica su horario la presencia de otra persona en casa.

3- Te vuelves muy raro en un intento por romper el silencio

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Hablar contigo mismo es una actividad básica de los comportamientos extravagantes que desarrollas cuando estás solo el tiempo suficiente. Una de las cosas que todas las personas tenemos en común es que nos encanta protagonizar nuestro propio programa de cocina cuando vamos a comer a solas.

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Vamos reuniendo todas nuestros ingredientes a la vez que los vamos nombrando como si hablásemos hacia una muchedumbre que espera ansiosa a ver nuestra creación. Es una forma divertida de imaginar que hay alguien alrededor que te está escuchando.

Otra táctica es mantener conversaciones bidireccionales contigo mismo. Muchos de nosotros lo hacemos inconscientemente intentando encontrar qué podríamos haber dicho en una conversación pasada que nos dejó sin palabras o para buscar la respuesta perfecta que decir en el futuro. Es como jugar solo al Street Fighter y sentirte el mejor del mundo porque siempre sales ganando.

Estos dos ejemplos no son más que diferentes mecanismos para lidiar con la falta de interactividad humana. Pero cuanto más tiempo pasas haciéndolo, más se va afianzando como una rareza intrínseca de cada persona.

4- El orden se convierte en un problema irresoluble

Paco-encuentros

Hay dos escuelas de pensamiento sobre la colocación de objetos en la casa cuando se vive solo. La primera defiende que todo tiene su lugar. De esta forma, cualquier artículo podría encontrarse con seguridad en un sitio específico cada vez que se necesite.

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La segunda escuela de pensamiento sugiere que la primera escuela puede irse "a la mierda". La basura se tira a cualquier lugar tan pronto como ya no sea útil. O incluso si lo es. Dependiendo de la persona, será capaz de recordar dónde aterrizó el plástico de la chocolatina o estará condenada a pisarla accidentalmente durante una visita nocturna al baño.

5- Pretender que haces deporte

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Vivir mucho tiempo solo no conduce a un estilo de vida activo. En general, todo se puede resumir en permanecer mucho tiempo sentado y mirar cosas: televisores, teléfonos, libros.

Puedes ejercitarte e intentar estar físicamente activo, pero nunca suele funcionar. La pasividad comienza a hacer mella sobre ti después de un tiempo, y al final, cualquier pequeño actividad física te parece toda una hazaña que compensa el enorme atracón de después.

¡Comparte los peores hábitos de la soltería con todos tus amigos!

Fuente: Cracked
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