La mayoría de la gente sabe que tener una detector de humo es importante en caso de incendio.
Sin embargo, hay muchos otros métodos de seguridad de los que quizás no hayas oído hablar que pueden aumentar tus posibilidades de supervivencia si tu casa se encuentra envuelta en llamas.
¿El más simple de todos? Mantén todas tus puertas cerradas. Dormir con la puerta del dormitorio cerrada literalmente podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Vivir en un mundo material
Vivimos en un mundo mucho más seguro de lo que era hace 50 años.
Los automóviles modernos están preparados para soportar accidentes, ya no respiramos el humo del tabaco de otro y las tasas de homicidios han disminuido. Pero en lo que a incendios se refiere, el mundo actual es el más peligroso que nunca ha existido.
3 minutos para escapar
Hace cuatro décadas, el tiempo promedio que teníamos para escapar de un incendio producido en casa era de 17 minutos. A día de hoy son solo 3 minutos o menos.
Esto se debe a que, a pesar de las leyes antiincendio vigentes, las casas modernas simple y llanamente se queman más rápido que las de antes.
Grandes habitaciones que propagan el fuego
¿Por qué? Por un lado, las casas del pasado se caracterizaban por ser más pequeñas y tener numerosas habitaciones individuales. Hoy en día la gente premia espacios grandes y abiertos o la conexión de varias plantas.
Eso significa que un fuego tiene menos obstáculos para propagarse de una habitación a otra. Además, debido a los plásticos que contienen muchos muebles y artículos para el hogar, el fuego es más tóxico y se quema mucho más rápido que nunca.
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Puentes cerradas
Con tan poco tiempo para escapar de un incendio, cada segundo de más que podamos conseguir se vuelve súper importante. En este sentido, mantener las puertas cerradas, sobre todo la de tu dormitorio, puede darte un tiempo precioso.
Aunque no parezca una medida demasiado efectiva a la hora de detener un incendio, una investigación realizada por el Firefighter Safety Research Institute (FSRI) de UL muestra que puede tener un gran efecto.
Temperatura
Durante un incendio, una habitación con la puerta abierta puede alcanzar más de 538ºC. Si esa puerta se hubiera cerrado, la temperatura de la habitación podría no superar los 38ºC. Una puerta cerrada también limita el flujo de oxígeno, uno de los combustibles que necesita el fuego para seguir ardiendo.
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Por supuesto, el calor y el fuego no son los únicos peligros en un incendio.
Según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, la mayoría de las muertes por incendios no son causadas por quemaduras sino por inhalación de humo.
Una puerta cerrada evita que el humo tóxico entre en la habitación y en tus pulmones, brindándote el aire fresco que necesitas para planificar tu escape.
Cerrar tus puertas, mantener alarmas de humo interconectadas y tener un plan de escape para toda tu familia en caso de incendio puede aumentar tus posibilidades de sobrevivir cuando ocurra un desastre.
