Si quieres perder peso y no consigues tu objetivo por más que lo intentes, quizá es momento de replantearte si estás haciendo algo mal. Hay muchos hábitos que pueden estar saboteando tu dieta sin que te des cuenta y ahora vas a descubrirlo. Atento y ve apuntando para saber qué fallos cometes.
Algunos hábitos te están haciendo engordar
1- Buscas la perfección
Cada cuerpo es un mundo, por eso no te agobies si pierdes peso más lentamente que cualquier otra persona. No te culpes si no adelgazas esa semana lo que deberías o si sucumbes una vez a la tentación y comes algo prohibido. Recuerda que nadie es perfecto y no te sientas mal por tonterías porque tu estado de ánimo va a hacer que tu dieta vaya a peor.
2- Dependes del ejercicio en exceso
El ejercicio es muy bueno y debes hacerlo, pero no pienses que solo por hacer ejercicio ya vas a adelgazar todo lo que deseas. La dieta es el factor principal si quieres perder peso, aunque un buen entrenamiento va a ayudar a conseguir antes tu objetivo.
3- Piensas que la grasa es tu enemigo
Es normal que si estás a dieta, trates de evitar las grasas. Pero tienes que saber, que en general puedes encontrar tres tipos de grasas: las saturadas ( productos de origen animal), las trans (comida rápida, fritos, margarina...) y las insaturadas (aceite de oliva, nueves, pescado, aguacates). Esto refleja que no todas las grasas son iguales y que por supuesto no todas son malas para el cuerpo.
4- Crees que los postres están prohibidos
Parece que la regla número 1 de una buena dieta es decir adiós al amado postre. Pero la realidad es que puedes dedicar el 20% de las calorías diarias a la ingesta de tu dulce favorito. No pasa nada por comer de vez en cuando algo que te guste y sobre todo, no te prohíbas nada.
5- Comes demasiado rápido
Incluso aunque no tengas tanto tiempo, debes intentar comer más lento. Si tragas toda la comida en un segundo tu cuerpo necesita más calorías de lo normal antes de darse cuenta de que está saciado. Corta tu comida en trozos pequeños para ayudarte con esta tarea.
6- No duermes bien
Una noche de buen descanso puede ayudar a reducir las grasas, azucares e incluso carbohidratos. La falta de sueño, por el contrario, hace que comas más e incluso puedes terminar sumando casi 400 calorías diarias. Cuando estás cansado, comes hasta estando lleno porque necesitas azúcar.
7- Eres adicto a los zumos y smoothies
Los zumos y smoothies están sabrosos y son saludables si los preparas en tu casa, pero no son el método más efectivo para perder peso. Los estudios demuestran que los líquidos sacian bastante menos que los sólidos. Además, tampoco va a proporcionarte la fibra que necesitas ya que la mayoría está en la pulpa y la cáscara.
8- Tienes miedo de pasar hambre
Solemos pensar que pasar hambre es algo malo, pero en realidad es sano. Tener algo de hambre puede tener numerosos beneficios para la salud: aumenta la hormona del crecimiento, esto estimula la renovación celular, mejora la digestión e incluso promueve la regulación del azúcar en la sangre. Además, se produce grelina que es una hormona que estimula el aprendizaje de la memoria e incluso ayuda a combatir la depresión.
9- Divides los alimentos el permitidos y prohibidos
Cuando queremos perder peso, solemos dividir los alimentos que podemos comer de los que no. Por supuesto, el chocolate entra en los que no. Pero no puedes castigarte a ti mismo cada vez que comes algo que no debes, porque entonces puedes comer más para aliviar la culpa y ganar peso. Recuerda que puedes comer de todo pero siempre con moderación.
10- Abusas de las salsas
Aunque parezca una obviedad, Por mucho que comas una ensalada, si luego le echas un chorro enorme de aceite de oliva, la ensalada termina por engordar. Trata de controlar un poco incluso aquello que piensas que es una tontería.