Recientemente, la policía local de Granada recibió una llamada de un vecino preocupado por el bienestar de los animales. Al parecer, aquella persona había encontrado a una perra en un estado realmente lamentable. Cada minuto que pasaba desde que se notificó la alerta hasta que se rescató al animal fueron de vida o muerte para el escuálido animal. Los miembros de la protectectora de animales Albergue de Animales Dog House se involucraron de inmediato y le proporcionaron cuidados veterinarios en cuanto les fue posible.
Las personas que rescataron a la pobre perra nunca se dieron por vencidas y siempre albergaron esperanzas en una posible recuperación del animal que se encontraba en un estado realmente deplorable. La perra estaba tan desnutrida que apenas pesaba 6 kilos. Cada hueso de su cuerpo se podía distinguir con total perfección a través de la piel.
La perra estaba tan débil que era incapaz de mantenerse en pie y soportar su propio peso. Sus nuevos cuidadores la llamaron Barilla porque era tan delgada como un espagueti.
Los veterinarios temían un posible fallo de sus órganos vitales, nadie podía asegurar que el pobre animal pudiese pasar si quiera la noche, pero aún así nunca dudaron de la fuerza y las ganas de vivir de Barilla.
Antes de que se le pudiese dar ningún alimento, los veterinarios tuvieron que mantenerla a base de líquidos y soluciones nutritivas que le ayudasen a estabilizar su circulación. Poco a poco Barilla fue capaz de comer alimentos sólidos y agua.
Durante su recuperación se le proporcionó 5 o 6 raciones de pequeño tamaño al día para que pudiese ir ganando algo de peso y fuese recuperando las fuerzas.
Sus rescatadores estiman que tenía alrededor de 10 meses y que probablemente había sido confinada desde su nacimiento privándola de comida y agua. Afortunadamente, Barilla pudo conocer también el lado bueno de las personas.
Su salud fue mejorando con el paso de las semanas y poco a poco fue recuperando la silueta de lo que se pensaba que podía ser un cruce de pastor belga.
Por primera vez en su vida, Barilla tenía un aspecto saludable y podía disfrutar de un futuro feliz tras escapar de su trágica situación.
Lo mejor de todo es que pudo encontrar un nuevo compañero que estuviese dispuesto a darle el cariño y los cuidados que necesitaba. Gracias a esta maravillosa persona, Eduardo Rodríguez, Barilla puede disfrutar de un nuevo hogar junto a él.
Barilla fue recibida con los brazos abiertos por él, su esposa e hija y otros cinco amigos de cuatro patas que compartirán su hogar con ella.
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Fuente: Hefty