Una de las reglas esenciales para contar una buena historia de terror es crear el ambiente adecuado antes de llegar al momento de miedo. Este pequeño detalle hace que tengamos que "preparar el terreno" y extender la historia si queremos que nuestros oyentes se sumerjan en ella y sientan verdadero pánico al final de nuestro relato.
Sin embargo, hay formas de dar miedo con algo tan breve como dos frases. ¿No te lo crees? Espera y verás...
A continuación te mostramos 10 historias de terror contadas en dos frases. 1- Espejos
Unos golpeteos en el vidrio me despertaron.
Pensé que eran de la ventana, pero cuando los escuché de nuevo, me di cuenta de que venían del espejo.
2- Algo horrible te sigue a todas partes
Mira a la izquierda, a la derecha, a tus pies, en el vestíbulo, debajo de la cama… pero nunca mires arriba, odia que le miren a los ojos.
3- Llantos nocturnos
Mi hija no para de llorar y gritar en medio de la noche.
Visité su tumba y le rogué que se detuviera, pero eso no ayudó.
4- No podrás huir
Cuando estás completamente solo, escucharás un sonido suave y espeluznante.
Cuando dejes de escucharlo, sabrás que "eso" te ha encontrado.
5- Visita inesperada
Llegas a tu casa cansado, después de un duro día de trabajo y todas las luces están apagadas.
Alcanzas con tu mano el interruptor de luz, pero ya hay otra mano ahí.
6- El reloj
Lo último que vi fue mi reloj marcando las 12:07 de la noche mientras ella me apuñalaba con sus largas uñas podridas y utilizaba su otra mano para acallar mis gritos.
Me desperté de golpe y me alivié al comprobar que era un sueño, pero mientras vi que mi reloj marcaba las 12:06, la puerta de mi armario comenzó a abrirse.
7- Selfie
Encontré una foto de mí durmiendo en mi teléfono.
Vivo solo. 8- Bebé
Me despertó el ruido de una voz femenina a través del walkie que calmaba a nuestro único bebé. Estiré mi brazo para tomarlo y escuchar mejor.
Entonces rocé el brazo de mi esposa, durmiendo a mi lado.
9- Puertas
Después de tantos años viviendo solo en una casa tan grande, llegué a una sorprendente conclusión:
Siempre cerraba muchas más puertas de las que abría. 10- Retrato viviente
Anoche tardé mucho en dormirme por culpa de la tétrica mirada del hombre de aquel cuadro.
Esta mañana me percaté de que no era un cuadro, sino una ventana. ¿Has sentido algún escalofrío con estas historias? ¿Cuál es tu favorita? ¡Déjanos tu respuesta en los comentarios! ¡Comparte estas terroríficas historias con todos tus amigos!