Llega la Navidad y es motivo de reuniones familiares, comidas de amigos, reencuentros… Mientras que muchas personas pasan estas fiestas calentitos en sus casas rodeados de la familia y amigos, disfrutando de la comida, diversión y regalos, se nos olvida que hay otras personas que no lo pasan tan bien.
Con toda esta alegría y felicidad que nos rodea, es fácil pasar por alto a los que apenas tienen un abrigo para soportar el frío. Pero por suerte, hay personas que sí que son conscientes de ello y no se quedan cruzados de brazos en sus casas, sino que intentan hacer algo por los más desfavorecidos.
Y esto es lo que hace el protagonista de la bonita historia de hoy. Este alegre Santa tenía claro lo que quería hacer: salió a la calle y comenzó a repartir el espíritu navideño entre todos aquellos que más lo necesitaban. Con una bolsa llena de ropa de invierno y una gran sonrisa en su rostro, ¡Santa la repartió entre los hombres y mujeres que viven en las calles!
Aquellas personas que recibieron regalos estaban abrumadas por la bondad y la generosidad de este hombre; con los ojos brillantes de felicidad, le agradecían a Santa ese gran detalle, y no faltaron abrazos ni apretones de manos, ¡todo como muestra de gratitud!
¡Qué hermoso es ver que alguien reparte regalos durante los días de Navidad a las personas que lo necesitan! Tenemos que aprender de personas como este hombre y ser más generosos y ayudar a las personas que más lo necesitan, y que aunque muchas veces no los queremos ver, están ahí; y no nos cuesta nada tener un detalle con ellos de vez en cuando, y menos en estas fechas tan señaladas.