No hay nada mejor que una tarde de relax en un spa, un masaje de espalda, cuello y pies con aceites esenciales y una sesión de belleza posterior. Todo suena tan relajante… Pero antes de pedir cita para tu próxima manicura y pedicura asegúrate muy bien de la calidad del sitio al que vas a ir porque pueden hacerte un destrozo y finalmente será peor el remedio que la enfermedad.
Esto, Samantha Payne lo aprendió a la fuerza, experimentando en sus propias carnes lo peligroso que puede llegar a ser un salón de belleza mal gestionado y con un equipo muy poco profesional.
El momento de hacerte la pedicura debe ser el momento más relajante de tu día. Pagas para que te mimen y te cuiden los pies.
Un profesional con talento puede revitalizar los pies más destrozados por completo mediante la realización de procedimientos como la eliminación de callos, la exfoliación de pies y la pintura de uñas, dejándolos fresco y limpios.
Pero si la pedicura te la hace una persona que no entiende, esta experiencia puede dar un giro de 180 grados y convertirse en una pesadilla. Eso fue lo que le pasó a Samantha Payne.
Samantha comenzó a sentir lo que su abogado describió como «llagas parecidas a granos» que rápidamente se convirtieron en lesiones rojas dolorosas.
Los médicos le diagnosticaron a Payne una infección por micobacterias cutáneas, una infección de la piel causada por micobacterias, una categoría que incluye a la tuberculosis y la lepra.
Ninguno de nosotros hubiese pensado jamás que algo así podría contraerse por el simple hecho de hacerte la pedicura.
Por desgracia para Payne, la infección fue tan grave que tuvieron que llevarla de urgencias al hospital.
Necesitó cirugía para que le eliminasen la infección de las piernas, que le dejaron cicatrices en las zonas afectadas.
Por desgracia, es más común de lo que la mayoría de nosotros pudiésemos imaginar.
La pedicura es más propensa a derivar en estas enfermedades, pero la manicura también puede causarlas si no se realiza correctamente.
La exfoliación sin cuidado de la piel afecta a su desgaste y la hace potencialmente vulnerable a las infecciones.
En las manos y los pies, esto puede conducir a infecciones dolorosas como la que sufrió Payne.
Por ello es muy necesario asegurarse de que uno está en buenas manos, nunca mejor dicho. Lo mejor es ir a sitios que te hayan recomendado personas de confianza y conocer las opiniones de los clientes de ese centro de estética.
En el caso de Samantha Payne, las lesiones y la infección fueron tan graves que decidió demandar a la peluquería en cuestión.