Dima Kalekin, un niño de Ucrania, no recuerda a sus verdaderos padres. El día en el que nació, Dima fue diagnosticado con hidrocefalia, una condición en la cual hay una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo dentro del cerebro.
Tan pronto como su mamá y papá lo escucharon, abandonaron al recién nacido en el hospital.
El niño fue enviado a un orfanato para niños discapacitados en Kramatorsk, al este de Ucrania. Cuando Dima tenía cuatro años, no podía caminar ni usar una cuchara.
Pero muchos se sorprendieron de que el niño viviera durante tanto tiempo e incluso aprendiera algunas palabras y frases cortas.
Dima no sabía que el destino le había preparado otro desafío para él y otros niños en el orfanato. Un conflicto militar surgió en el este de Ucrania.
Se cobraron vidas de muchas personas inocentes e hicieron que miles de personas huyeran de la zona en guerra.
Los huérfanos discapacitados también tuvieron que ser evacuados, pero el gobierno no pudo encontrar un lugar para ellos en otras ciudades.
Durante más de una semana, los niños gravemente enfermos que necesitan cuidados constantes, fueron transportados de un lugar a otro. Finalmente, fueron trasladados a la ciudad de Kharkov, Ucrania.
El equipo médico, encabezado por la doctora Elizabeth Glinka no pudo contener las lágrimas. Dima apenas estaba vivo.
Los doctores comprendieron lo sombría que sería la vida de este niño que estaba condenado a pasar toda su vida en el pequeño orfanato sin posibilidad de convertirse en un miembro de la sociedad.
Pero lo que pasó un par de semanas después fue un verdadero milagro. Ernest y Ruth Chavez de Vermont, Estados Unidos, contactaron con el orfanato.
La pareja se conmovió por las noticias terribles de la lejana Ucrania por lo que decidieron adoptar un huérfano de una región en guerra. Cuando vieron una foto de Dima, entendieron que sería su hijo.
Pronto, la nueva madre y el padre fueron a Ucrania a reunirse con Dima.
En su gran casa, Ernest y Ruth ya vivían con siete hijos adoptivos de diferentes países. Dima se convirtió en su octavo hijo.
Los padres adoptivos experimentados recogieron rápidamente los documentos, y dos meses después de su primera reunión, Dima tenía una nueva familia e incluso un nuevo nombre, Zebdai Chávez.
En su página de Facebook, Ernest y Ruth hablan acerca de la vida de su hijo menor en América. Ya come con confianza con una cuchara, habla, entiende dos idiomas e incluso da sus primeros pasos.
Los médicos creen que en el futuro será capaz de desarrollar habilidades vitales esenciales.
Zeb-Dima ha tenido que ser sometido a varias intervenciones médicas, pero mirando su sonrisa, ¿quién puede dudar de que este chico peleará hasta el final?
