Pagar por sexo suele ser considerado la máxima expresión de la opresión de los hombres sobre las mujeres. Para muchas personas, disponer plenamente de un cuerpo por capricho, ignorando los deseos de la otra persona es una humillación.
Pero, ¿qué ocurre cuando es al revés, cuando es una mujer la que paga por sexo con un escort masculino?
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Esta es la historia de una mujer alemana que contrató en 2010 a un escort con el que pasó tres noches en un hotel en Alemania. Al poco tiempo, se dio cuenta de que fruto de ese encuentro sexual se había quedado embarazada, y nueve meses después nació su hijo Joel.
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Sabía que el padre de su hijo respondía al nombre de "Michael", pero no sabía nada más sobre él. El hotel, por su parte, se negó a proporcionarle tal información, alegando que no estaba legalmente obligado a revelar la identidad del sujeto. Además, por pura coincidencia, había tres hombres con el mismo nombre alojados en el hotel aquellos días.
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Más tarde, tras el fracaso de su búsqueda, la mujer demandó al establecimiento con la esperanza de así poder conocer la identidad del hombre que la dejó embarazada y poder reclamarle un subsidio para la manutención de su hijo.
Sin embargo, para su mala suerte, el Tribunal de Distrito de Múnich dictaminó que el derecho a la intimidad del hombre prevalecía sobre su derecho a conocer al padre de su hijo, que ahora tiene 7 años.
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"Los derechos del hombre afectado y la protección de su matrimonio y su familia tiene prioridad sobre los derechos de la solicitante", dijeron los jueces para justificar su decisión. "Los hombres tienen derecho a la privacidad y la intimidad, por lo que la ley los protege de tener que revelar con quién mantienen relaciones sexuales."
"Tampoco es seguro que el nombre de 'Michael' sea el nombre real de la persona en cuestión," agregó la corte.
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El Tribunal de Apelación de Múnich también decidió no hacerse cargo del caso, lo que significa que el caso está cerrado, de acuerdo a la legislación alemana.
En cuanto a quién tiene la culpa de toda esta historia hay diversidad de opiniones. Por un lado, hay quiénes culpan completamente a la mujer por contratar a un escort y además no exigirle usar protección.
Pero también hay quiénes creen que la culpa y la responsabilidad es de ambos, ya que independientemente de las circunstancias en las que se llevó a cabo la gestación, la única víctima es el niño.
