Nuestra vida diaria suele ser bastante normal. Realizamos ciertas actividades cotidianas que no suelen tener un gran impacto en nuestras vidas.
Sin embargo, hay experiencias que llegan de repente y que ponen nuestra vida patas arriba, como la que vivió un 26 de julio una joven estudiante de 20 años de la Universidad de Carolina del Sur llamada Jordan Dinsmore.
Estaba trabajando en un restaurante de la zona cuando terminó su turno y se fue para su apartamento. Al llegar, se bajó del coche y fue entonces cuando dos hombres aparecieron entre unos árboles que había cerca del coche y le apuntaron con un arma.
"Entré en pánico y comencé a gritar. El hombre que sujetaba el arma y me obligaba a arrancar el coche me dijo que si no me callaba dispararía," cuenta Jordan.
Tras llevarlos a un cajero automático cercano y sacar 250€, les suplicó que se llevasen el coche y se fueran, pero ellos se negaron.
"Ahora nos llevarás a otro lado y cuando lleguemos allí te violarán," dijo uno de los jóvenes.
Jordan rápidamente pensó en su madre. "Casi fue una víctima de acoso sexual cuando iba a la universidad y luchó contra el hombre que quería violarla. Yo pensé que debía ser fuerte como mi madre y salir de esa situación," reconoció.
Beth Turner, la madre de Jordan, siempre le había dicho que nunca dejase que alguien la llevase a un segundo sitio porque es ahí donde sucede lo realmente malo.
El incidente de Beth ocurrió de forma muy parecida al de su hija. Un hombre salió de detrás de su coche para atacarle y ella consiguió escapar al darle una patada violenta.
Jordan recordó los consejos de su madre y no se abrochó el cinturón de seguridad al subir de nuevo al coche. Espero hasta que llegó a una intersección donde había tres coches que se acercaban desde diferentes direcciones para poner el coche en punto puerto y lanzarse al exterior del vehículo que iba a una velocidad de 50-60 km/h.
Los secuestradores huyeron y una mujer que fue testigo de la situación llamó a la policía. La joven llamó a su madre para decirle que estaba bien y contarle toda la historia.
"Como padre, le cuentas cosas a tus hijos todo el rato pero no sabes qué es lo que escuchan y a qué le prestan atención.
Jordan estaba escuchando aquella vez y lo retuvo en su cabeza. Me siento orgullosa. Siempre le dije que nunca permitiese que nadie la sacase de la vista de la gente," cuenta Beth.
Su madre sabía que era una chica inteligente, dura y brillante, pero no sabía que guardaba aquello que le dijo en la cabeza. Estaba orgullosa de su hija.
