Con tan solo 11 años, Mariah Perkins notó un extraño parche blanco en su piel, en unos de sus dedos. Desde aquel momento ha estado encubriendo su belleza natural. Ahora, ha decidido mostrarse sin maquillaje delante de las cámaras.
Después de casi una década ocultándose, ahora se muestra sin maquillaje
El descubrimiento de la afección
Desde que se vio el área descolorida y se lo contó a su madre, siendo tan solo una niña, sus parches no han dejado de extenderse. "Cuando apareció en mi rostro, mi madre me llevó directamente al médico.
Fue entonces cuando me dijeron que tenía vitíligo, una afección que causa que mi piel pierda pigmentación", cuenta Perkins.
"Al principio, me sentí aliviada de tener un diagnóstico, pero cuanto más sabía de la enfermedad, más me preocupaba". Y es que muchos no saben que el vitíligo puede afectar a la salud mental de quien lo padece. Hay personas que se vuelven muy tímidas, y que incluso llegan a deprimirse.
La adolescencia
La progresión de la afección es impredecible. Puede darse a lo largo de la vida, tener periodos de crecimiento rápidos seguidos de periodos de inactividad, o incluso aparecer un día y después detenerse por completo.
Con el tiempo y la progresión de la enfermedad, Perkins empezó a sentirse cohibida, especialmente durante la adolescencia. En la actualidad no existe cura conocida, lo que muchos pacientes hacen es cubrir las manchas blancas con maquillaje.
Pero incluso eso suponía un problema para Mariah. En el colegio, la gente notaría que lo llevaba, lo que le causaría estrés y haría que su vitíligo se extendiera.
Se sentía completamente diferente a los demás, y con el tiempo, su condición se hizo más visible. Los pequeños parches se convirtieron en grandes áreas de su piel.
"Pasaba unos 45 minutos aplicándome maquillaje. Llegó a un punto en el que no dejaba que nadie me viera sin maquillaje, quitando a mi familia cercana. Si iba a una fiesta de pijamas a casa de un amigo, dormía con maquillaje y me despertaba temprano, antes que nadie, para retocármelo".
La universidad
Para Mariah la universidad fue una experiencia totalmente transformadora. Sus compañeros le ayudaron a sentirse ella misma. "Pensé que sería aterrador, pero fue más fácil que el instituto", cuenta.
"Hice muchos amigos, y todos me dijeron que no necesitaba usar maquillaje en absoluto. En la universidad, las personas parecen ser más receptivas y positivas".
Con 19 años, Perkins empezó a aceptar su verdadero yo, y decidió que no necesitaba ocultar más su rostro. Fue la oportunidad para comenzar una nueva vida, en este caso sin esconder nada.
