¿Te acuerdas de cuando actuabas frente a cientos de personas en las fiestas de Navida y fin de curso en el colegio? Seguro que te ponías nervioso, o si no eras tú era tu compañero el que tenía que ir al baño rápido porque no aguantaba más los nervios. Sin embargo había otros más preparados, aquellos que se comían el escenario y arrancaban todos los aplausos en cuestión de segundos.
Este es el caso de un niño de 6 años, Oscar Donnelly, de Escocia. Desde que dejó de gatear, sus padres, Annie y Chris, lo encontraban a todas horas bailando, y dejaron rienda suelta a su creatividad desde el minuto cero.
Había algo en su pasión por el baile que los hizo pensar que podría ser su destino. Él no solo tenía el increíble talento para ello, sino que tenía una indudable pasión por el baile. ¿Sería capaz de llegar lejos? No tenían idea de que un día tendría la oportunidad de presentarse al Got Talent británico años más tarde.
En lugar de centrar su energía en estilos de danza moderna como el hip-hop o el jazz, Oscar estaba mucho más interesado en el baile irlandés tradicional. Era la manera perfecta de honrar su herencia mientras hacía algo que le apasionaba.
A medida que pasaban los años, Oscar ganó más y más talento. Se hizo bastante conocido entre los expertos en baile irlandés.
¡Era solo cuestión de tiempo que todo el mundo conociera las habilidades de Oscar! Entonces, cuando los padres de Oscar se enteraron de las audiciones para el Got Talent, sabían que su chico tenía que estar involucrado.
Fue la oportunidad perfecta para que Oscar brillara en el escenario y compartiera el talento con el que había sido bendecido. ¿Pero cómo lo haría en un escenario tan grande lleno de gente?
