El café es el carburante de muchas personas, sobre todo de las más madrugadoras y la mayoría de ellos no puede arrancar el día sin su buena taza de café y si, por el motivo que sea, no es capaz de tomárselo antes de salir de casa, más te vale no mediar palabra con ellos o puedes salir mal parado.
Si eres un experto cafetero, habrás notado que la primera taza de café no te aporta mucha energía y llegas al trabajo con el mismo sueño con el que dejaste la cama, pero...
¿Por qué no es efectiva la primera taza de café?
La cantidad de café que tomes al día poco tiene que ver con lo despierto que estés y es que la realidad es que más allá del cuánto es muy importante el cuándo. Según un estudio realizado por el doctor Steven Miller, de la escuela de Medicina de Geissel.
El café, como otros fármacos, tiene un tiempo de efecto y de absorción por el cuerpo, pero para despertarte, no solo influye el café, si no también los ciclos cardianos.
¿Qué son los ciclos cardianos?
El organismo tiene aprendido, a nivel instintivo, que cuando te despiertas tienes que entrar en modo alerta. Esto se debe al chute de cortisol (la hormona del estrés) que tu cuerpo recibe para mantenerse activo.
Si te tomas un café nada más despertarte estás desaprovechando ese chute natural de energía y además provocarás la descoordinación de tus ciclos naturales y tu ciclo vital. Tu cuerpo va otorgándote chutes de cortisol a lo largo del día y si no los coordinas bien con tu café, el efecto será el contrarío al deseado.
¿Cuál es la hora perfecta para tomarte tu primer café?
Debes dejar que el chute de cortisol haga su trabajo o tu cuerpo dejará de producirlo y entonces si que necesitarás ayuda para levantarte de la cama. Dependiendo de la hora que despiertes, pero si amaneces entre las 7 y las 8 de la mañana, la mejor hora para tomar tu café es entre las 9:30 y las 11:30 de la mañana.
