La verdad es que resulta muy desagradable entrar en un dormitorio y que éste huela a cueva de león. Muchas habitaciones pueden acumular una serie de olores debido principalmente a que, la mayor parte del tiempo, tienen poca o ninguna ventilación, además de que muchas veces cometemos algunos errores que contribuyen a que se acumulen esos olores tan poco agradables.
Veamos algunas sugerencias para evitar esto y además darle un aroma fresco a tu cuarto.
1.- No tengas el cesto de la ropa sucia en tu habitación
Aun si no tienes mucho espacio en tu piso o casa, es preferible tener el cesto de la ropa sucia en el cuarto de baño o en la lavandería, si dispones de una. Si esto no es posible, procura que el cesto pueda cerrarse herméticamente para que los olores no se esparzan por todas partes.
2.- Deja el calzado en un armario cerrado
Si es posible, que sea un armario de la entrada de tu casa. Usa unas zapatillas lavables – o medias – mientras estés en tu casa y lávalas con frecuencia.
Vía: Decorate A Closet Design Ideas
3.- No te acuestes en tu cama sin tomar una ducha
La suciedad que acumulamos durante el día, lo que incluye polvo, sudor y los aceites naturales que el mismo cuerpo produce, se quedan en las sábanas y hasta en el mismo colchón, generando un ambiente propicio para bacterias, gérmenes y ácaros, lo cual también produce malos olores.
4.- Lava regularmente la ropa de cama
Eso incluye sábanas, edredones, fundas de almohadas, pijamas, etc. Esto debe hacerse como mínimo una vez a la semana, pero si quien la usa está enfermo, o hace mucho calor durante las noches, o se duerme desnudo, puede que sea necesario lavarlas 2 o 3 veces por semana.
5.- No dejes las toallas húmedas a secar en tu habitación
Las toallas húmedas contienen un ambiente ideal para ciertas bacterias y hongos. Estos al llevar a cabo sus funciones vitales emiten el conocido “olor a perro mojado”. Además, estos gérmenes y los olores que generan cuando se reproducen pueden trasladarse a los muebles y telas sobre los que hemos dejado las toallas.
Vía: A real mother