Un teléfono móvil comenzó a sonar en el vestuario del gimnasio, de repente, un hombre de avanzada edad salió de la ducha con tan sólo una toalla atada a su cintura, caminó hasta el teléfono y respondió la llamada.
Era imposible no escuchar la conversación que estaban manteniendo debido al volumen tan elevado que tenía el dispositivo, así que casi sin quererlo, todos los que nos encontrábamos allí pudimos entender con toda claridad cada palabra que se dirigieron.
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- "¿Hola?"
La voz de una mujer respondió, "Hola bebé, soy yo. ¿Estás en el gimnasio?"
- "Sí."
-"Pues yo estoy de compras y acabo de ver una chaqueta de cuero increíble. Sólo cuesta 1500 dólares. ¿Puedo comprarla?"
-"Por supuesto, si de verdad te gusta no hay problema", respondió el hombre al teléfono.
-"También pasé por el concesionario para ver algún coche. El mercedes que habíamos visto, es tan bonito. ¿Arreglo los papeles para comprarlo?"
-"¿Cuánto cuesta?"
- "Sobre unos 90.000 dólares aunque depende de los extras que queramos añadir."
-"Bueno, cómpralo pero asegúrate de que tiene todos los extras si te están pidiendo todo ese dinero."
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La mujer totalmente desatada siguió hablando. "También me pasé por la inmobiliaria. ¿Recuerdas esa casa junto al mar que no pudimos comprar el año pasado?, pues resulta que está en venta de nuevo. Sólo cuesta 1.2 millones de dólares, ¿está muy bien, verdad?."
-"Intenta comprarla por 1 millón, si no lo consigues dales el resto."
-"Ok cariño, te amo."
-"Yo también te quiero", dijo el hombre antes de colgar. Todo el mundo estaba alucinando con lo que acabábamos de escuchar.
Entonces, cuando todo aún teníamos la boca desencajada sin saber si sentir envidia o adoración por aquel hombre, éste se dio la vuelta y preguntó:
