Todos los veranos amantes del deporte y del cannabis a partes iguales se dirigen a zonas calientes de "maría" como Denver, Colorado, para drogarse y hacer ejercicio.
Allí participan en The 420 Games, un evento itinerante parecido a las olimpiadas en el que se celebra una carrera de 4.20 millas, un torneo de kickball y, según la página web del evento, actividades sociales que rompen los estereotipos que se han acumulado durante la época de la prohibición del cannabis.
Los eventos forman parte de una creciente tendencia que tiene como objetivo hacer que la marihuana forme parte regular de un estilo de vida activo. Sin embargo, por mucha emoción que genere, Brook Henry, un investigador de cannabis de la Universidad de California, afirma que estos eventos carecen de algo crucial: evidencia científica.
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Aunque mucha gente ama hacer ejercicio tras fumar marihuana, existe muy poca investigación sobre la conexión que puede existir entre el cannabis y el ejercicio físico.
A diferencia de otras drogas, la marihuana no se clasifica claramente como un depresor, un estimulante o un alucinógeno. Más bien, parece fluctuar entre todas las categorías. Cada usuario responde de forma totalmente diferente a la droga, gracias en parte al "efecto séquito", término que sugiere que los compuestos secundarios del cannabis, como por ejemplo los terpenos, pueden aumentar los efectos del THC.
En el laboratorio, los investigadores pueden aislar cada una de las sustancias químicas y evaluar sus efectos individuales, pero no es así como funciona en la realidad, donde todos los componentes funcionan en conjunto.
Sabemos, por ejemplo, que el CBD responde a un solo receptor en una placa de Petri, pero en el cuerpo en realidad está interactuando con 60 receptores diferentes. Mientras tanto, el linalol de terpeno está asociado con la somnolencia en el laboratorio, pero, de manera desconcertante, es un componente clave de las cepas más estimulantes de la marihuana.
Por ahora resulta muy difícil predecir qué sucederá cuando una persona lleve esta bomba química al gimnasio. Puede sentirse genial, puede sentirse fatal o puede no sentir nada en absoluto. Aún así, Henry afirma que sí que podemos tener dos cosas por seguro, una buena y otra mala.
En primer lugar, la marihuana parece aliviar los dolores que tienden a acompañar el ejercicio. "Sabemos que la marihuana puede reducir la inflamación y por tanto el dolor", comentaba Henry. Esa es una de las razones por las que los médicos recetan marihuana medicinal.
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La cuestión es que el ejercicio también libera estimuladores naturales de nuestro cuerpo como las endorfinas y los endocannabinoides, lo que pone en duda que el bienestar durante el ejercicio provenga de la marihuana fumada antes de ir al gimnasio.
"Hay algunos informes sobre atletas que usan marihuana para mejorar su estado de ánimo y su rendimiento", decía Henry, "pero no hay demasiada investigación al respecto".
Lamentablemente, estos efectos secundarios potencialmente positivos pueden verse eclipsados por los efectos negativos. "La marihuana puede alterar el sistema cardiovascular", afirmaba Henry, "a veces de formas realmente peligrosas".
En 2001, unos investigadores informaron a través de la revista Circulation que, entre las personas que ya habían tenido un ataque cardíaco, el riesgo de un segundo ataque se quintuplicaba durante los 60 minutos después de fumar marihuana.
Si bien el estudio dista mucho de ser definitivo, desde hace tiempo se sabe que la marihuana afecta al corazón a corto plazo. Más específicamente puede elevar el ritmo cardíaco y hacer que la presión sanguínea se eleve y luego caiga en picado.
Incluso para un corazón sano, elevar artificialmente el ritmo cardíaco fumando marihuana antes de ir al gimnasio es bastante delicado. Por otra parte, entrenar con la presión arterial baja puede hacer que te marees o te desmayes, ambas posibilidades son muy poco saludables.
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Desafortunadamente, hasta que los científicos no decidan dedicar sus esfuerzos en resolver los misterios que rodean a la combinación de marihuana y ejercicio, las cosas nunca estarán claras.
Por ahora, Henry aconseja a las personas que acuden al gimnasio que tengan cuidado. "Todavía hay muchas incógnitas", concluía el doctor.
