Persianas, esas finas laminas que guardan nuestros hogares de cualquier mirada curiosa. Nos regalan oscuridad cuando la necesitamos y si no las bajas del todo puedes crear una esfera romántica perfecta.
Dicen que nunca se valora lo que se tiene hasta que se pierde, ese el caso de nuestras queridas persianas.
Cuántas veces habéis viajado al extranjero y os habéis preguntado, ¡qué pasa con las persianas! Para un español una ventana sin tapar es casi una invitación a mirar que se esconde tras esa franja, sin embargo para cualquier persona del centro de Europa es lo normal.
Por qué solo los españoles usamos persianas
Resulta inconcebible pensar en una casa sin persianas. No es que los españoles tengamos miedo a la luz, pero es cierto que nos sentimos más cómodos con las persianas bajadas. Algo que en otros países sorprende.
NBC
"Es como si los españoles tuvieran miedo a la luz, viven en uno de los países europeos con más horas de sol y no las aprovechan". Son algunos de los comentarios que seguro has escuchado de algún turista afincado en nuestras fronteras.
Para cualquier español que viaja o emigra a algún país del centro de Europa, le resulta chocante esa excesiva exposición de los vecinos a través de sus ventanas. Esta transformación de tu hogar en un escaparate sin el resguardo de persianas o cortinas. Algunos achacan este fenómeno a nuestra ascendencia árabe.
Según esta hipótesis, los españoles tenemos muy enraizado en nuestra cultura aquello de "vivir para adentro", es decir mostrando lo bonito de nuestro hogar, a través de la fachada o los patios y dejando el interior para la intimidad.
Este enigma que preocupa tanto a turistas como a nativos, tiene su origen en nuestra religión. El motivo de que el resto de nuestros vecinos europeos expongan su rutina diaria sin temor a los vecinos curiosos, se remonta a la ideología calvinista.
Una de las consignas del movimiento protestante era la transparencia, por ello, mostrar lo que había tras los muros de tu hogar sin temor de ser juzgado por ser más o menos adinerado era una muestra de honestidad.
En contraposición, los españoles hemos sido educados dentro de la ética católica lo cual implica una mayor preocupación por la opinión de los demás y mostrar una conducta intachable.
Por tanto, ¿nos escondemos los españoles tras nuestras persianas?, ¿tenemos algo que esconder? No se puede negar que uno de los grandes detalles que hace de tu hogar un lugar inquebrantable, es la certeza de que nadie puede ver quién eres tras esos muros. Sin embargo, y aunque nuestra cultura influya, se trata también de comodidad.
Aunque la luminosidad es fantástica y a todos nos gusta que nuestro piso o casa este iluminado con luz natural, los rayos de sol matutinos no son bien recibidos por nadie. Es el momento perfecto, para recodar a nuestros convecinos que usar persianas de vez en cuando no esta tan mal.
