Las relaciones de amistad más fuertes se consolidan durante los años de colegio, cuando nos vamos desarrollando como personas y buscamos a gente que se quede con nosotros durante los próximos años de nuestra vida.
Solíais hacer las mismas cosas durante las horas que estabais juntos e incluso os gustaba llevar la misma ropa. Eras capaz de compartir enemigos si era necesario y de odiar a esa persona que intentaba pisotear a tu mejor amigo.
Cuando tienes un mejor amigo desde el colegio...
La ropa podía ser un problema a la hora de salir de fiesta o tener una primera cita, pero ahí estaba esa persona incondicional para aconsejarte. No dudaba en decirte lo que de verdad pensaba sobre ti y tu cuerpo, pero siempre desde el cariño y el respeto.
Era la única persona que permanecía a tu lado a pesar de que hubiese gente que fuese y viniese de tu vida.
Sabías que no iba a fallarte y que podías confiar en esa persona siempre. Por muy lejos que estuvieseis o si había algunos días que no hablabais, nada cambiaba y conservabais la amistad igual o más fuerte que antes.
Podía darte consejos sobre otros amigos o parejas, pero siempre respetaba tu entorno y la persona de la que estabas enamorada, aunque no le convenciese del todo. El "ya te lo dije" era la frase más típica cuando al final te hacían daño y acababas fatal.
No dudaba en dar la cara por ti y salvarte de cualquier apuro que se te presentaba, igual que tú hacías por esa persona. Era una confianza mutua que acababa en una relación de mucho más que solo amigos.
Te guardaba un sitio cuando llegabas tarde a las clases, o cuando íbais a hacer una actividad en la zona común. Además, sin quererlo, también te guardaba un hueco en su vida, un espacio que nadie más va a poder ocupar.
