Se quedó en shock cuando vio cómo le negaban un vaso de agua una pobre anciana

Se quedó en shock cuando vio cómo le negaban un vaso de agua una pobre anciana

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El otro día, mi noche sufrió un giro inesperado... Después de salir de trabajar, me fui a comer algo. Aún estaba esperando mi turno en la cola y no podía dejar de mirar a la señora que se encontraba frente a mí. Lo único que quería y pedía educadamente era un vaso de agua caliente.

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El hombre que la atendía por alguna razón se negaba a dárselo. No se me ocurre qué debía de pasar por su mente, pero la anciana claramente se encontraba en la indigencia y solo pedía un poco de agua a una empresa de miles de millones.

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No me creía lo que estaba viendo, así que le dije que pidiese todo lo que quisiese. Esperaba que ella aprovechase la oportunidad y pidiese un buen menú para dormir con la barriga llena, sin embargo, me sorprendí al ver que solo pidió una hamburguesa con queso.

Cuando llegó mi turno, compré tanto como podía cargar, quería asegurarme de que aquella mujer no pasara hambre. No podía dejarla marchar así como así a aquella mujer tan encantadora. Me dirigí hasta ella y me senté a su lado sobre el frío y duro suelo. ¿Sabes qué hice después? Lloré a moco tendido.

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Si la gente pasase y no hicieran nada porque tuviesen cierta comodidad económica, lo entendería. Sin embargo, gente sin problemas económicos pasaban de largo e incluso se paraban para poder reírse de ella.

No me importa quien seas, si tú eres como ellos y ahora lees esto, ¡Te odio!

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Cuando me detuve un momento a conversar un poco Polly y algunos de sus compañeros, me quedé pasmado al escuchar todas y cada una de las historias que había detrás de cada persona. Se trataba de personas con una vitalidad y un entusiasmo increíble que desgraciadamente no tenían nada.

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Invité a Polly y su compañero a mi casa y cocinamos suficiente comida como para que ellos y sus amigos pudiesen comer durante un par de días. Después de empaquetar la comida y guardarlas en bolsas, la pareja se dio un buena ducha. Ambos no paraban de repetir que nunca se sintieron tan queridos y apreciados en la vida.

No soy ningún santo, pero este pequeño acto de caridad me costó alrededor de 20€ y sé que la mayoría de las personas que estén leyendo esto ganarán al menos dos veces más al día.

No cuesta nada ser agradable y alegrar la semana a personas que como Polly necesitan un poco de ayuda. Le he prometido a Polly que nunca jamás volvería pasar hambre o frío. Le he comprado un par de mantas, una almohada y una bolsa llena de comida.

Si ves a alguien que necesita ayuda por la calle, no mires hacia otro lado como si no fueran nada. No sabes por lo que han pasado y no cuesta nada hacerles felices.

¡Comparte esta historia con todos tus amigos!

Fuente: Hrtwarming Imagen portada: Pixabay
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