Vivir con un niño pequeño es mucho más que pasarlo bien. En ocasiones puede llegar a ser una locura debido a los arrebatos emocionales que les entran.
También es muy típico que parezca que en vez de tener a un niño a tu lado, tengas una persona borracha y adorable a tu alrededor. Tendrás que evitar que destruya todo y se haga daño a sí mismo. Exacto, como con un borracho.
A continuación te dejamos las 10 razones por las que los niños pequeños son como las personas borrachas.
1- Decir cosas que no tienen sentido.
Ese balbuceo incoherente. Quizás te preguntes si el inglés es su primer idioma en lugar del castellano. O si esta poseído por espíritus malignos y habla otras lenguas.
2- Golpearse con las cosas.
Se golpeará con todo. Si coge la bici se chocará y si se monta en una silla se caerá.
3- Tener una energía implacable.
Entre la risa maníaca y los bailes constantes, los niños parecen tener reservas de fiesta ilimitadas.
4- Incursiones en el frigorífico.
Aunque sean las 3 de la mañana, atacará la nevera como los borrachos. El hambre le dura todo el día a un niño pequeño.
5- Nunca quieren irse a casa.
«Estoy bien, estoy bien. No quiero irme a casa». Los niños repiten esta frase una y otra vez igual que los borrachos.
6- No paran de gritar.
Les encanta gritar. Son adorables hasta que comienzan con ese tono de voz tan desagradable.
7- No paran de caerse.
Se caen, y mucho. Aún son torpes, caminan dando tumbos e intentan cosas que no son posibles.
8- Maleducados en algunas ocasiones.
Los niños pequeños, al igual que los borrachos, no serán disciplinados en algunos momentos.
9- Despiertos toda la noche.
Los niños pequeños pueden deleitarte con fiesta y gritos pero al final acabaran tomándose una siesta en los lugares más aleatorios. Sin embargo, de noche en casa, no dormirán. Curiosidades de la vida.
10- Pueden ser emocionales.
¿Conoces a esa persona que cuando bebe alcohol llora porque a nadie le han gustado sus zapatos? Seguro que si, reconócelo. Igual que ellos, los niños pequeños son personas borrachas en una montaña rusa emocional permanente.