Tener a un ser querido ingresado en un hospital nunca es fácil. Por mucho que lo intentemos, nunca sabemos cómo actuar adecuadamente. ¿Es correcto ir a visitar al paciente en cuanto nos enteramos de la noticia de su ingreso? ¿Es mejor avisar antes de ir? ¿Querrá recibir visitas o preferirá estar solo y descansar?
De igual forma ocurre con las muestras de atención. Siempre caemos en los mismos tópicos: globos, flores, bombones... Nos resulta muy difícil ser un poco originales en esta sentido y cambiar un poco en los regalos que hacemos. Después de todo, ¿qué va a querer alguien que está ingresado en un hospital?
Estas son algunas de las alternativas con las que innovar la próxima vez que vayas a visitar a un familiar al hospital.
1- Calcetines calentitos
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Por lo general, en todo hospital suele hacer mucho frío o al menos lo suficiente para que se te hielen los pies. Y aunque es cierto que lo más probable es que el propio hospital proporcione un par de calcetines a todos sus pacientes, seguro que no tienen nada que hacer frente a un par de calcetines esponjosos y calentitos elegidos especialmente por ti.
2- Alargador para el cargador del móvil
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Los teléfonos móviles suponen una de las mayores fuentes de entretenimiento. Para cualquier paciente de hospital puede convertirse en la mejor vía de escape. Un cable para cargar el teléfono lo suficientemente largo puede hacer que utilizar el teléfono desde le cama mientras se está cargando sea o no posible. Es una pequeño detalle que sin duda marca la diferencia.
3- Crema hidratante
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La piel de las manos pude llega a secarse en el hospital después de todos los lavados y enjuagues a los que muchos pacientes se deben someter. Sin embargo, el remedio para este problema es tan simple como utilizar una buena loción hidratante para las manos. Regalar un bálsamo labial también es una buena idea, a nadie le gusta tener los labios agrietados.
4- Tu libro favorito
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No existe mejor manera de pasar el tiempo que en compañía de un buen libro. Llévale un ejemplar de tu libro favorito para que pueda distraerse en los momentos de soledad y para que tengáis de qué hablar en futuras visitas.
5- Un antifaz para dormir y unos tapones para los oídos
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En el hospital nunca se descansa, siempre hay luces encendidas, aparatos que hacen ruido, gente entrando y saliendo a la habitación... Aunque dormir en esos lugares nunca es fácil, con la ayuda de un antifaz y unos tapones conseguiremos que las condiciones de partidas sean mucho mejores.
6- Condimentos para las comidas
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Todos sabemos lo insípida que puede llegar a ser la comida de los hospitales. Preparadas de manera que se adapten a las necesidades de la mayoría de los pacientes, suelen contar con ingredientes bastante neutros que aportan muchos nutrientes y son fáciles de digerir. Si el sabor de la comida es un aspecto que tu ser querido valora, puedes intentar llevarle algunos condimentos para que pueda aliñar su comida siempre y cuando el doctor que lleve su caso dé el visto bueno.
7- Zapatillas de estar por casa
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Una de las formas más efectivas para que un paciente se sienta como en casa es llevarla un buen par de zapatillas. A nadie le gusta pisar el suelo helado y acabar con los calcetines sucios de levantarse para ir al baño. Unas buenas y mulliditas zapatillas de andar por casa sin duda hará que la experiencia de estar encerrado en un hospital sea mucho más soportable.
8- Almohadas
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Junto a la comida, las camas y las almohadas de los hospitales suelen estar en el punto de mira de cualquier paciente. Dependiendo de la calidad de la almohada, esas tan preciadas horas de descanso que necesita el paciente pueden ser una delicia o toda una pesadilla. Llévale una buena almohada o una que le sea familiar para asegurar que descansa correctamente.
9- Tú mismo
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Pregunta antes de visitar a cualquier paciente, ya que hay personas a las que no les apetece ver a nadie cuando se encuentran hospitalizadas. Sin embargo, para aquellos pacientes que no quieran estar solos, la visita de un amigo cargado de buen rollo y buenas energías puede significar todo un mundo. Llévate una baraja de cartas y unos cuantos juegos de mesa para pasar el tiempo y echar algunas risas.
10- Una tarjeta hecha a mano
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Aunque es un detalle muy sencillo, puede significar muchísimo para la persona que lo recibe. Resulta muy reconfortante conocer que alguien se ha tomado su tiempo para hacer algo especial para uno mismo, y cuando se está en el hospital, las buenas noticias y las buenas sensaciones pueden ayudar al proceso de sanación.
