¿Alguna vez sentiste un escalofrío recorriendo tu columna vertebral mientras escuchabas una pieza de música? ¿Sentiste cómo tus los vellos de tus brazos se ponían de punta? ¿Sabes a qué se debe este fenómeno?
Pues esa experiencia tiene un nombre, concretamente "frisson". Se trata de un término francés que significa "escalofríos artísticos", y se siente como si continuas ondas de placer recorriesen nuestra piel. Algunos investigadores incluso las han llegado a denominar "orgasmos de la piel".
Escuchar música emotiva es el desencadenante más común de esta extraña sensación, sin embargo, muchas otras personas pueden llegar a experimentarla al observar obras de arte conmovedoras, ver escenas de películas especialmente emotivas o tener contacto físico con otra persona.
Diversos estudios han demostrado que aproximadamente dos tercios de la población son capaces de experimentar esta sensación de gustirrinín al escuchar su canción favorita.
Pero, ¿qué es lo que hace que algunas personas puedan sentirlo y otras no?
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Aunque todavía es algo que se desconoce a ciencia cierta, gran parte de los investigadores de las últimas cinco décadas han relacionado el origen de este fenómeno a la forma en que reaccionamos emocionalmente a estímulos inesperados de nuestro entorno, más particularmente en el mundo de la música.
Las piezas musicales que incluyen armonías inesperadas, cambios repentinos de volumen o la incorporación de un solista extraordinario suelen ser los detonantes más comunes ya que superan las expectativas del oyente.
Sin embargo, el fenómeno de que se nos erice la piel todavía sigue siendo un quebradero de cabeza para la comunidad científica. Algunos expertos han sugerido que la piel de gallina es un resquicio evolutivo de nuestros peludos antepasados, los cuales podían mantener la temperatura gracias a la capa de aire cálido que retenían entre los vellos y la piel.
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Que los pelos se pongan de punta después de un cambio rápido de temperatura (como recibir una inesperada brisa fresca en un día soleado) hace que los se levanten temporalmente y luego bajen, haciendo posible que se restablezca esta capa termorreguladora de aire.
A medida que fuimos evolucionando, la capa endotérmica fue siendo cada vez menos necesaria, sin embargo, la estructura fisiológica todavía está. Puede que ahora haya sido reprogramada para producir escalofríos derivados de estímulos emocionalmente conmovedores.
¿Cómo responde la piel a la música?
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Unos científicos sospechaban que cuanto más cognitivamente sumergida se encuentre una persona en una pieza de música, mayor será la atención que preste a los estímulos de la misma, y por tanto, mayor serán también las posibilidades de que experimenten el famoso repeluco. En relación a esta teoría, los investigadores llegaron a la conclusión de que, para que una persona se adentre en una pieza de música, en primer lugar debería de agradarle, algo que depende totalmente de la personalidad del sujeto.
Con el objetivo de probar esta hipótesis, los investigadores observaron la respuesta galvánica de la piel de unos sujetos al oír una pieza de música. A través de este ensayo, los expertos eran capaces de medir cómo cambia la resistencia eléctrica de la piel de las personas a medida que se excitan fisiológicamente.
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Cada una de las piezas contenía al menos un momento emocionante capaz de poner los vellos de punta. Mientras los participantes escuchaban las piezas musicales debían informar si experimentaban la ansiada piel de gallina presionando un pequeño botón.
Comparando estos datos con las medidas fisiológicas recogidas y con una prueba de personalidad que los participantes completaron anteriormente, los investigadores pudieron obtener por primera vez algunas conclusiones acerca de por qué este fenómeno podría ser experimentado más a menudo por algunos oyentes que por otros.
¿En qué influye la personalidad?
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Los resultados del test de personalidad mostraron que los participantes a los que se les erizó la piel durante la prueba también obtuvieron puntajes más altos en un rasgo de personalidad llamado "apertura a la experiencia".
Estudios anteriores han demostrado que las personas que poseen este rasgo más desarrollado tienen una imaginación inusualmente activa, aprecian la belleza y la naturaleza, buscan nuevas experiencias, reflexionan profundamente sobre sus sentimientos y aman la variedad en la vida.
Aunque anteriormente ya se había conectado la "apertura a la experiencia" con el estremecimiento, la mayoría de los investigadores concluyeron que las personas que experimentan la piel de gallina lo hacen como resultado de una reacción profundamente emocional causada por la música.
Los resultados de este estudio demuestran en cambio, que los componentes cognitivos de la "apertura a la experiencia" (como hacer predicciones mentales sobre cómo se desarrollará la música) se asocian al frisson en mayor grado que los componentes emocionales.
Estos hallazgos indican que aquellos que se sumergen intelectualmente en la música (en lugar de simplemente dejar que fluya), podrían experimentar el llamado frisson con más frecuencia y más intensidad que los demás.
